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Proyecto de una terracita en zona del jardín con pendiente

No se puede pretender cambiar totalmente el suelo de un jardín pero sí podemos modificarlo en parte. Yo lo hago aportando materia orgánica constantemente sobre el suelo de todos los arriates y más radicalmente llenando los hoyos de plantación con mezclas de sustratos que animen al desarrollo de las raicillas recién plantados los rosales y arbustos (bueno, vivaces también).
Sé que tarde o temprano las raíces deberán adentrarse en el suelo original y que no siempre será grato para ellas porque el hoyo, por muy generosa que sea yo excavándolo, tiene un límite. Una vez ocupen este espacio no les quedará otra que empezar a entrar en un medio más hostil.
He leído que hay jardineros que no están de acuerdo con esta práctica porque argumentan eso, que a la larga, no les quedará más remedio que crecer en el suelo que hay y se limitan por tanto a intentar modificar en lo que pueden el suelo original en general sin modificar en exceso el hoyo de plantación.
Sí, así es, pero creo que no tiene las mismas posibilidades de desarrollo e incluso de supervivencia una plantita con un diminuto cepellón (Que es como las solemos comprar) que tan pronto está en el suelo tiene que animarse a sacar raíces hacia un suelo poco amigable, que un ejemplar con un cepellón ya bien desarrollado que ha tenido el tiempo de una o dos temporadas para ir aclimatándose al jardín y que dispone inicialmente de espacio a su alrededor con un suelo dónde le resulta fácil generar más raíces. Bueno, esto es mi opinión y de momento haciéndolo así me está dando buenos resultados en general.
Digo todo esto porque cada plantación que realizo supone la extracción de una buena cantidad de tierra que, dado que mi jardín tiene un suelo de tan pésima calidad, no resulta aprovechable.
Cuando estás al inicio de la creación del jardín cualquier otro espacio es bueno para ir dejando esa tierra de poca calidad, pero  el problema comienza cuando el jardín ya está formado en sus líneas principales. Qué hacemos con esa tierra? Dónde la dejamos? 
Sacar este material del jardín supone ir llevándolo en sacos a los puntos limpios de nuestra localidad. Ello precisa de tiempo, gasto de gasolina y esfuerzo.
De otra parte, y este es el tema que quería tratar hoy, están las circunstancias concretas de este rincón que deseo crear siendo como es un jardín implantado en una parcela con pendiente. En este caso dos son los problemas con los que tengo que lidiar:
- La inexistencia de suficiente espacio en plano para depositar mesa y alguna silla más por el problema de la pendiente del suelo.
- Ramas demasiado bajas de un enebro que se halla sobre este espacio.
Para mí los desniveles y pendientes permiten jardines mucho más interesantes. Posibilitan la creación de rincones, terrazas, recovecos, caminos... con una belleza que desde mi punto de vista no logra nunca un jardín totalmente plano. Indudablemente tiene más interés un jardín que se tiene que recorrer para llegar a conocerlo entero que uno en el que desde cualquier punto puedes visualizar la totalidad del mismo.
Si bien es verdad que son jardines en los que se tiene que invertir mucho más tiempo, esfuerzo, materiales y dinero para crearlos, el resultado no es comparable.
Pero como todo en la vida, a veces una ventaja también supone unos contras. Crear en este tipo de jardines como el mío, zonas de descanso, terrazas, espacios para ubicar mesas y asientos, no siempre es fácil y supone la inversión de un esfuerzo añadido.
Este es el caso de la zona central del jardín. En él hay un gran enebro que por haber crecido desde el inicio en una gran pendiente, se desarrolló con bastante inclinación hacia la zona baja del jardín.
Tanto es así que la mitad de su copa, la que está orientada al sur, tenía su parte más baja excesivamente cerca del suelo.
Este espacio bajo el enebro creo que puede convertirse en un centro de interés en mi jardín. Bordeado en su parte baja por un arriate de rugosas es un punto del jardín desde el que se divisa buena parte del centro del jardín así como el portón de madera que da acceso al huerto. Me encanta!!
En primavera, cuando el calor es más soportable, muchas veces me traigo los platos aquí y como sobre una pequeña mesita que coloqué con tan sólo un par de sillas. El gran enebro, a modo de enorme parasol, aporta a este punto del jardín una estupenda temperatura al resguardo de los rayos del sol.
Cual es el problema entonces? La pendiente!! Aunque con un ligero nivelado del suelo inicial logré espacio suficiente para la ubicación de esta mesita y sillas que os comento, está claro que no hay el terreno suficiente para colocar una silla más que me gustaría y desde luego, no resulta cómodo transitar alrededor de estos muebles debido a que a muy poca distancia el suelo deja de estar en horizontal para convertirse en un suelo inclinado que es dificultoso de pisar.
Cuando comienzas un jardín, a veces no descubres las posibilidades de algunos espacios desde el comienzo pero a poco que empiezan a desarrollarse las plantaciones y que el jardinero "vive" su jardín, rápidamente se percata de que hay puntos en el jardín que no deben desaprovecharse y que incluso merece la pena invertir algo de esfuerzo en ellos para crear puntos focales o rincones que puede embellecer el jardín y ayudar a un mayor disfrute de él.
Bien, mi intención es ampliar el terreno sobre el que ahora se asienta esta mesa y sillas y crear ahí una especie de pequeña terracita desde dónde disfrutar de la zona central del jardín.

No tengo todavía definitivamente decidido como será la terraza.  Por eso el título de este artículo es "proyecto" y no 0realización". Me refiero a que no sé qué materiales usaré para cubrir este suelo. Puede que piedras de buen tamaño incrustadas en el suelo sin cemento para que crezca hierba a su alrededor. O puede que incluso quedara bonito usar ladrillos de barro rojo que aguanten las heladas y colocarlos de igual manera, sobre un lecho de arena.
No quiero usar cemento porque esta zona tiene el problema de las raíces de los olmos. No es la primera vez que me veo obligada a cavar someramente para arrancar las que se desarrollan a buena distancia de estos árboles.
Si uso cemento para colocar el material que constituya la base, esta extracción se dificultaría mucho. Además, prefiero que el material que use, permita el crecimiento de hierba entre él.
Seguramente tendré que hacer un par de muretes de contención en forma de muros secos de piedra. Uno en la zona más alta para contener la última terraza que hay ahí.
Otro más que borde en forma de media luna toda esta terraza que pretendo ir creando. Dejaría, eso sí, un espacio entre este último murete y el arriate de rugosas que la bordearía por abajo. Este pasillo me permitirá acceder a estos rosales y poder realizar los trabajos de limpieza y poda de los mismos.
Por qué hablé al inicio de este artículo de la tierra que iba extrayendo de los hoyos de plantación? Pues porque ese lo que suelo hacer. Aprovecho este material de suelo que extraigo de los hoyos de plantación que de otra forma tendría que llevar a un punto limpio, para nivelar caminos o, como en este caso, ir creando poco a poco el espacio que será una terraza cuando tenga suficiente terreno preparado para su creación.
Aunque el montaje deja bastante que desear me vais a permitir que os muestre en esta siguiente imagen la idea general que tengo. No sé si os gustará. Lo he hecho para hacerme una idea. En esta fotografía podéis ver como ya hay acumulada cierta cantidad de tierra bordeando la zona de la mesa.
Por supuesto tendré muy en cuenta que el suelo finalmente nunca llegue a subir por encima del punto en el que el tronco del enebro brota del suelo. Hacer esto sería poner en peligro el árbol!!

Luego se me ha ocurrido que puede que ubicar ahí una especie de pilón de piedra que contenga el agua que salga de un caño instalado en el murete de piedra que hay bordeando la última terraza de esta zona podría quedar precioso. Qué os parece?
Estar sentada ahí, bajo la sombrita del enebro y con la melodía del agua sonando de fondo puede ser un verdadero placer!!
Ay Dios!! Por qué mi cabecita nunca parará!! Hala, ahora a instalar ahí una fuente, a llevar un punto de luz desde la casita de madera, a comprar la pila...ajajjaja Bueno, en eso consiste crear un jardín!! Un proyecto que jamás tiene fin y que el placer se obtiene recorriendo el camino y no en la meta. No es cierto?
Decidido!! Iré echando ahí el suelo que vaya sacando de otras zonas del jardín y en poco tendré formada ya la pequeña terracita. Por supuesto es cosa de ir apisonando bien la tierra según se vaya depositando para que el conjunto tenga solidez en tanto el murete de contención no esté construido.
Por último quisiera comentar la solución que he adoptado para resolver el segundo "problema", el de las ramas demasiado bajas del enebro.

Lo hablé hace meses con el ayudante que viene a echarme una mano en las labores más duras del jardín. Él se inclinaba por el corte de las ramas bajas pero yo me negué en rotundo.
Como os he comentado muchas veces, la parcela que luego fuera mi jardín estuvo "cuidada" (si es que se puede aplicar este término) por un "profesional" que hizo de leñador en ella, porque de otra forma no puede calificarse, e hizo cosas como estas:
Estas mutilaciones ya no tienen arreglo pero no estoy dispuesta a dañar ni una pizca más mis árboles a poco que me sea posible!!
Estaba claro que si quiero usar este espacio bajo el enebro del modo que estoy comentado precisaba que el extremos de las ramas no cayeran tan próximos al suelo como lo hacían hasta ahora y que las pequeñas ramillas colgantes que bordean el perímetro de la copa levantaran lo suficiente como para poder transitar bajo el enebro con comodidad y a la vez dejaran de tapar la vista que de la zona se obtiene cuando te sientas a esta mesa.
Creo que hemos dado con una solución que de momento me vale. Pensé que las ramas que tendían más hacia abajo era cuestión de "levantarlas" y para ello se me ha ocurrido usar soga bien fuerte.
Anudándolas en su último tercio con un extremos de la soga y tendiendo el otro extremo de la cuerda hacia el tronco principal hemos ido, despacio, poco a poco, mientras la flexibilidad de las ramas nos lo ha permitido, subiéndolas.
Ha sido un trabajo lento y dificultoso por la pendiente del terreno que no permitía disponer de una escalera normal en él. También era preciso ir viendo como iba quedando la copa mirando el árbol desde lejos y desde varios puntos del jardín. No era cosa de subirlas tanto que resultara artificiosa su forma.
Creo que ha quedado bastante bien. Las sogas evidentemente se ven desde "dentro" de la copa cuando estás bajo el árbol pero no se notan en absoluto cuando ves el enebro en su totalidad.
Ahora ha quedado la zona despejada. Ya no te prendes el pelo cuando transitar bajo su copa. 

Pero además, de rebote, al subir las ramas, estas han dejado de tapar como lo hacían hasta ahora, la visión del seto norte desde aquí.
No me importa haber usado este recurso que quizás estéticamente no es el ideal dado que las cuerdas son visibles bajo la copa,  a cambio, no he dañado al árbol ni le he practicado podas que en nada le favorecerían y cuyos cortes hubieran provocado que entrara en peligro de enfermar.
En fin, ya tengo trabajo para que mi cabeza no pare de pensar en las soluciones de los problemas que para esta zona se me ocurra que se me puedan plantear de manera que anticipe formas de hacerlo con menos esfuerzo y gasto.
Buen domingo, queridos jardineros!! :)

Tutorial para realizar escalones de madera y piedra en el jardín.

En el último post os mostraba las reformas que habíamos hecho en la esquina NE del jardín, un espacio protegido todo él bajo la copa de dos grandes pinos. En ella habéis visto unos escalones hechos con traviesas de madera y piedra. 
Alguno de vosotros me habéis enviado correos pidiéndome que explicara como se han realizado porque ellos tenían la necesidad de hacer algo semejante en su jardín y no sabían muy bien como afrontar el trabajo.
Sé que este tipo de entrada puede despertar poco interés en quienes no precisen de realizar trabajos semejantes en su jardín pero para quienes contemplen la posibilidad de afrontar ellos mismos la realizar de unos cuantos peldaños éste artículo puede valerle de orientación. 
Son muchos los jardineros que se ven en la tesitura de tener que realizar accesos de un nivel a otro del terreno de su jardín. En ocasiones unos simples escalones solventan el problema. Estos que hemos hecho nosotros no son de los más fáciles porque van haciendo curva y porque al estar en un lateral de la terraza nos convenía hacerlos muy, muy sólidos para que el conjunto de ellos además de servir para subir del nivel del camino al de la terraza, cumpliera también la función de sostén del terreno de esta terraza que al no ser tierra compactada de forma natural, podría en algún momento derrumbarse o deslizarse.
Se trataba como podéis ver en esta imagen de una rampa con un inclinación no demasiado acusada. Como la terraza queda a la izquierda de la rampa la idea era que los escalones fueran girando ligeramente también a la izquierda y una vez ya casi a nivel de la terraza, hacer dos últimos escalones para llegar a su nivel superior.
Replantear unos escalones no es una labor que se haga en unos minutos. Hay que comenzar a trabajar y preparar todo el terreno, pero sobretodo "replantear" el trabajo de forma muy exacta, de modo que el resultado final sean escalones de la misma altura, sin inclinaciones que no deseemos y en la orientación que precisamos.
No es que sea difícil. No lo es, pero sin duda es un trabajo que hay que afrontar con paciencia y estar muy seguros de cómo empezar a hacerlo. Evidentemente un albañil profesional no tendrá dificultad alguna pero el que no lo es...pues eso, que entraña algunos problemas. Es mejor invertir algo de tiempo en pensar y repensar cómo plantearlo que comenzar sin estar seguros y tener que rehacer el trabajo. Pensemos que se trata de piedras y cemento. Es decir, materiales que no son fáciles de retirar una vez puestos y secos.
Lo primero será pensar en qué características queremos que tengan los peldaños que construiremos. En nuestro caso queríamos que esta escalera fuera muy cómoda tanto en la altura de cada peldaño como en su anchura. Una contrahuella (parte vertical del escalón) de 15 cm es una altura cómoda. No son escalones altos en absoluto y se suben y bajan sin problema ninguno. Una huella (parte horizontal del escalón, dónde se apoya el pie) de 40 cm como mínimo podría estar bien. No podrían ser igual de anchos en todos sus puntos por un hecho obvio y es que la escalera va girando hacia la derecha. Luego de la parte derecha (lateral contrario a la terraza) deberían ser algo más anchos.
En todo caso el alto de los escalones no puede decidirse en función solo de nuestra voluntad. La cantidad, altura de los escalones y anchura de su huella, está en función del desnivel que hay que salvar y de la longitud de la rampa sombre la que se asentarán dichos escalones o dicho de otro modo, del ángulo de esta rampa.

En esta imagen vemos que de tener una rampa con un ángulo muy grande, nos obligaría a salvar la altura de la escalera de dos formas posibles: o con más escalones de huella estrecha y contrahuella bajitat o, con menos escalones de huella más ancha pero deberán ser más altos los escalones. 
En este caso concreto la pendiente no era muy inclinada así que nos podíamos permitir escalones de unos 15 cm con huellas bastante amplias. Las traviesas miden 10 cm de altas, añadiendo 5 cm más de contrahuella con cemento y piedras, darían la altura.
Bien, escalones de 15 de alto por mínimo de 40 cm de ancho, Toca clavar bien en el suelo las varillas que servirán para establecer los niveles inferiores  y superiores de los escalones así como para determinar su ancho.
Este aspecto es determinante. La perfecta horizontalidad de los escalones, sus proporciones y demás aspectos, dependerá de la corrección en el marcado de los niveles en las varillas.
Ayudándonos de un buen nivel, cordel y lápiz iremos señalando los niveles en las varillas. Un buen sistema es hacerlo con el típico lápiz de carpintero de dos colores..
Estando totalmente seguros de las mediciones y niveles que hemos hecho, retiraremos la parte de tierra que se precisa para poner en su lugar las traviesas y las piedras y cemento que formarán más tarde el propio escalón.

Hay terrenos que podrían trabajarse con una simple pala. El mío en esta zona es pura roca. Así que cincel y maza!! y a quitar todas las piedras que sobran hasta dejar la zona totalmente despejada para insertar en cada lugar las traviesas y el material que constituye cada escalón. Es importante retirar cualquier material que nos estorbe posteriormente para la realización del trabajo. Si quitamos algo de roca o de tierra demás, se arregla fácilmente metiendo cemento. Por el contrario que queden rocas o terreno que luego moleste según vamos construyendo los escalones, solo dificultará y ensuciará el trabajo.
jajajaj Esta es la base de las escaleras...toda la rampa es así, pura roca!! No hace falta decir la cantidad de material que hemos extraído de ahí y lo que ha costado ir rompiendo con paciencia las piedras golpeándolas con tesón hasta que se fraccionaban en porciones más pequeñas y podíamos ir sacando trozo a trozo.
Aquí vemos el terreno rebajado y libre de piedras dispuesto para comenzar a hacer los escalones. Es preferible comenzar de los escalones de abajo hacia arriba. Unas cañas presentadas en lo que serán los escalones nos dará una ligera idea de como van a quedar. En este punto si no nos gusta su distribución aún estamos a tiempo de cambiar el ancho o incluso la dirección de alguno de ellos.
Prepararemos las traviesas. Primero cortándolas de las dimensiones que se requieran comenzando de un lado y cuando se está a punto de llegar con la sierra la cara opuesta, daremos la vuelta a la traviesa para evitar con ello que las fibras de la madera se desgarren al separarse ambas partes.

Para anclar cada traviesa a los escalones hemos clavado de forma cruzada dos púas de buenas dimensiones cuyas cabezas hemos doblado hacia la madera. En segundo lugar  clavando en su parte inferior y de forma cruzada dos púas de buenas dimensiones en sus dos extremos y que habremos doblado un poco hacia la madera con la idea de que una vez sobre el cemento las púas se claven sobre él anclando sólidamente la traviesa al cemento de la base del escalón.
Ubicamos todas las traviesas en su sitio y comprobamos que ninguna piedra que sobresalga del suelo nos molestará para situarlas correctamente.
Ya tenemos las varillas clavadas, los niveles establecidos, las traviesas cortadas y con los anclajes clavados por debajo. EStamos seguros de la ubicación de cada escalón!!
Es el momento de mojar bien tanto las traviesas como la tierra sobre la que comenzaremos a hacer los escalones para que el cemento se pueda adherir a ellas.
Vertemos una buena capa de cemento en la base del escalón de manera que una vez presione la traviesa sobre él quede de una altura de 5 cm (+ 10 de la traviesa, son 15 de escalón) y colocaremos encima la traviesa golpeando con el mazo hasta que la altura total sean los 15 cm que buscamos. En todo el proceso usaremos el nivel para comprobar continuamente que la traviesa se halla perfectamente nivelada en los dos sentidos.
Mientras el cemento de esta base va fraguando  podemos colocar las pequeñas piedras que se insertarán en el cemento de la contrahuella por debajo del nivel de las traviesas con cuidado de que ninguna sobresalga en exceso.
De esta manera colocaremos todas las cinco traviesas que constituirán los cinco escalones. 
Como este trabajo no es rápido de ejecutar y estamos en verano siempre mojaremos con algo de agua la base del suelo dónde se asientan los escalones así como las traviesas recientemente colocadas para que el cemento que iremos añadiendo posteriormente se pegue bien a los elementos ya instalados y al propio suelo.

Igualmente mantendremos en agua las piedras que iremos usando para rellenar los escalones. Es un modo que de éstas queden mejor adheridas al cemento dónde se insertarán.
Ahora es cuestión de ir construyendo la segunda parte de la huella (la primera son las traviesas ya colocadas) a base de rellenarla de cemento dónde insertamos piedras. Con una buena cantidad de cemento sobre el terreno de cada escalón, iremos insertando piedras procurando que la cara que quedará visible sea bastante lisa para que podamos pisar con facilidad sobre los escalones sin que haya piedras que suban por encima de las traviesas y provoquen tropezones.
Un listón grueso de madera nos servirá para, poniendo un nivel sobre él, ubicar un extremo en la traviesa del escalón y colocada y el otro en las piedras con las que estamos rellenando. Pequeños golpes de maza irán resituando las piedras hasta que su nivel superior esté al de las traviesas. 
Los escalones en su parte interna se incian justo en las rocas de la terraza pero su parte externa, la del lado del arriate, quedará visible, así que es preferible que en el cemento de este lateral se inserten piedras. Pienso que queda mucho mejor rematado y se ve mucho mejor ubicados en el arriate.
Ante de que el cemento de las juntas seque totalmente, quedaría repasar con un llaguero entre las piedras de las huellas de cada escalón eliminando el sobrante de cemento de ellas. Cuando las pusimos  procuramos que el cemento cubriese bien las separaciones entre ellas y recién colocadas queda un exceso de cemento y de no repasar estas llagas quedarían demasiado lisas, anchas y artificiales.
Estamos en verano y el cemento seca con excesiva rapidez. Es preferible ayudar a que este secado se haga lo más lento posible. Para ello todo el conjunto se rocía muy ligeramente con agua. Ojo!! rociar, no encharcar!! ya que un exceso de agua quitaría toda la fuerza al cemento.
A la mañana siguiente volvemos a rociar con algo de agua y así lo repetimos dos o tres veces al día durante los tres días siguientes. Esto dará dureza al cemento.
Este sería el trabajo de escalones terminado. Como veis la escalera parece "desnudo". Los escalones están bien hechos pero no están "integrados" en el trabajo de la zona. Parecen que son algo aparte, que no forman parte del conjunto de bancos y rocalla.

Se hacía imprescindible poner más piedras en el lateral de los escalones que toca la terraza para dar continuidad al conjunto. De otra parte es una zona en la que buscaba un aspecto rústico. Demasiadas aristas visibles de estos escalones!! Esta integración la hemos hecho a base de disimular la esquinas de algunos peldaños poniendo algunos pedrolos tapándolos un poco. Así la escalera parece salir de la terraza y deja de ser un elemento aislado para convertirse en un elemento más del conjunto. No os parece? :)
En fin, así es como hemos hecho este trabajo. Espero que a alguno de vosotros esta explicación os haya parecido suficientemente clara para ayudaros en vuestro trabajo. Estoy a vuestra disposición para responder a cuántas preguntas me hagáis sobre este aspecto dentro de mis limitaciones, claro!! Nosotros no somos profesionales, tan solo gente mucha, mucha volutad!! Sin duda la voluntad mueve a veces más montañas que saber las técnicas. La necesidad hace que aprendamos y busquemos soluciones. 





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