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Proteger del sol los arbustos de bayas con tela de sombreo

Según el jardín evolucionado se van viendo problemas que surgen y que no se han tenido en cuenta. Es el caso un rincón en el huerto que hoy os muestro.
En marzo de hace dos años preparamos dentro del huerto un rincón para cultivar frutales de baya arbustivos (arándanos, frambuesas, uva espina, grosellas...) y también algunas matas de fresitas del bosque.

Son plantas que me encantan!! Creo que las cultivaría aunque no pudiera comer un solo fruto. Tiene unas hojas preciosas de un verde luminoso y cálido y son tan frondosas!!


También la floración es preciosa. Flores sencillas y blancas que atraen a los insectos y que tienen una naturalidad tan encantadora..

El espacio estaba cuajado de raíces de una antigua mimosa que creció allí. Se trataba de un terreno pobre y abandonado de la mano de Dios. Nos costó lo suyo dejar el terreno practicable y en condiciones. Pero bueno, con esfuerzo, removimos bien la tierra, eliminamos pedrolos, raíces. En fin, lo acondicionamos y logramos un rincón que creí adecuado para cultivar este tipo de frutales.
Este tipo de plantaciones no se cultivan bien en cualquier suelo. Precisan un pH bajo y que el sustrato mantenga la humedad, que sea mullido, suelto y esponjoso y por supuesto que drene perfectamente.
Cavamos una canja de unos 45/50 cm de profundidad por el mismo ancho con la idea de que las raices crecieran en el suelo que estos arbustos necesitan. Lo rellenamos con una mezcla de turba rubia, tierra de castaño, azufre y una generosísima cantidad de estiércol bien fermentado.
Como siempre comento, una cosa es lo que los libros de jardinería escritos en países de otros climas distintos al nuestro dicen sobre el sol que soportan las plantas y otra cosa bien distinta la realidad.
Imaginando que aunque en páginas web de jardinería, blogs, libros, etc, dijeran que las frambuesas por ejemplo tenían que ir al sol... elegí el rincón del huerto más sombreado.
En noviembre de aquel año clavamos mediante piquetas metálicas de 80 cm unos postes de madera de sección cuadrada entre los que tiramos cables forrados horizontales al suelo para ir atando las ramas que van emergiendo del suelo cuando los frambuesos van creciendo.
Rubus idaeus fructifica sobre las ramas brotadas el año anterior y cuando lo hace el peso de los frutos hace que se venzan hacia el suelo, cosa que hay que evitar si queremos evitar enfermedades fúngicas.
Atados sobre estos hilo de alambre tensos y horizontales las ramas se mantienen verticales y es un sistema cómodo para la poda y el cultivo en general.

Parece que tenían todo lo necesario, un suelo magnífico sobre el que crecer, una buena hidratación, buenos nutrientes, soporte adecuado...y durante la primavera crecían magníficamente bien pero no, no tenían todo lo que precisaban, tenían exceso de sol!!
A pesar de que este rincón no esté a pleno sol, en verano, el sol en su trayectoria tan alta, incide sobre estos arbustos quemando literalmente sus hojas. Tanto se castigado el verano pasado que incluso llegué a perder dos plantas.
Ya el año pasado vi la necesidad de proporcionar a este rincón de un sombreo que refrescara la zona y que permitiera que estos arbustos crecieran con menos temperatura y que sobretodo el sol fuerte de las horas centrales del día no llegara a churrascar sus hojas. Pero lo que ocurre en un jardín, que siempre hay tanto trabajo...que a veces no sabes a qué atender y el tiempo se me pasó sin modificar esta zona del huerto.
No se trataba de eliminar todo el sol porque aunque como digo en mi clima estos arbustos no están a gusto soleados a mediodía, precisan siempre algunas horas de sol. Sombreando solo por arriba este rincón logramos eliminar el sol de las horas centrales pero permitimos que entren los primeros rayos de sol de la mañana y los últimos de la tarde.

Estos días, con mi ayudante aquí, era el momento idóneo para afrontar la reforma de este rincón. Aún el sol no calienta como lo va a hacer en poco tiempo así que si no actuábamos a tiempo, de nuevo al llegar el verano los arbustos se dañarían.
Simplemente sustituimos los iniciales postes que medían sobre 120/130 por unos de 230 y volvimos a poner los alambres para sostener la ramas.

Por arriba hemos unidos los cuatro postes con varilla metálica y sobre este cuadrado formado por la varilla hemos tendido una tela de sombreo. La hemos cosido bien a la varilla para evitar que la fuerza del viento la arranque.


Estos arbustos (como casi todos) precisan de un par de temporadas para madurar y tener suficientes ramas sobre las que fructificar. 
El año pasado entre que los arbustos eran muy pequeños y los pájaros, la verdad es que apenas llegué a probar un puñado de frambuesas.
Porque ese era el segundo problema además del sol, las aves que no te dejan ni una fruta!! jajajaja Y anda que no saben bien cuales están maduras y cuales verdes.



Bajas al huerto a ver como van las frutas y te relames con la idea de esas frambuesas rojas y maduras que piensas vas a poder recolectar en unos días. Ja!! Como que no están ellos mucho más atentos a la cosecha ... cuando bajas todo contengan pensando en el festín que te vas a dar, ni una!! No te han dejado ni una y si hay alguna, es picoteada!! argggggggg
Una red colgada verticalmente tapando sus cuatro laterales creo que va a resolver los problemas. 
Por el frontal, es decir, por el lateral por dónde se entra hemos puesto un metro muy largo con la red doble cruzada. Es decir, a modo de cortinilla que se abre si se quiere pasar y que no hay que recolocar y como tiene mucho cruce, no hay miedo de que quede abierta la zona de entrada.
Ayer hizo calor y en cuánto se puso la tela de sombreo, se notó el cambio de temperatura que proporcionaba a la zona. Fuera hacía un calor tremendo y en el rincón se estaba fresquito. 

Creo que este año crecerán mejor mis frambuesos (Rubus idaeus) Las grosellas (Ribes rubrum) quiero cultivarlos adosados sus ramas tendidas horizontalmente atadas a los alambres así que como tengo que darles poda de formación hasta la temporada que viene o puede que la otra no disfrutaré de mucha fruta aunque espero comerme alguno como este año pasado. Con el permiso de los señores pájaros, por supuesto!! ;)

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Cultivar camelias no es imposible en climas del interior (Camellia × williamsii 'Debbie')

Es tiempo de camelias. Qué fama tienen estas plantas de difíciles para los que no vivimos en el norte de España. Y no lo son, la verdad. Quizás sí, hay que tener en cuenta algunos factores para su cultivo. Tener presente que las camelias son plantas acidófilas, como hortensias, calas, rododendros... 

La plantación de este tipo de plantas determina en buena medida que luego sea fácil de mantener su cultivo en condiciones aceptables. Por lo demás las condiciones de cultivo serías muy semejantes a las que podemos proporcionar a un rododendro. 

Por tanto un sustrato que permita mantenerse húmedo pero con buen drenaje para que no provoque encharcamiento en las raíces, cosas que las camelias detestan (como casi todas las plantas), buena cantidad de materia orgánica a base de humus de lombriz, madera triturada muy, muy pequeña, estiércol; 

El suelo debe tener un pH ácido y si nuestro jardín no cuenta con él deberíamos rellenar el hoyo de plantación con tierra de castaño o tierra para acidofilas o acidificar el suelo alrededor de las raíces.
Este pH deberíamos mantenerlo ácido regando con agua de lluvia y si eso no es posible acidificando previamente el agua de riego.

Un factor muy importante es controlar también los niveles de hierro y a al mínimo síntoma de clorosis férrica hacer aportaciones de quelatos de hierro.

Mantener un buen nivel de hidratación porque estas plantas están deseosas de tener siempre sus raíces ligeramente húmedas.
En climas del interior de la península no es conveniente cultivarlas a pleno sol, ni siquiera que les de el sol del mediodía. Una zona en semisombra, dónde reciban el sol de la mañana y algo de la tarde sería lo ideal. Aunque yo siempre las he cultivado en ubicaciones al norte dónde todo lo más que reciben son unos ligeros rayos de sol por la mañana y muy poco por la tarde ya avanzada y eso en verano, porque en invierno no reciben nada. Eso sí, sombra luminosa.

Muchas veces ni siquiera requieren poda y si acaso se ve la planta algo pobre de ramas como es la mía porque cuando vino a casa el arbusto estaba bastante pelado, un ligero despunte tras la floración animará a que rebrote tupiéndose cada año más.
Y poco más... son tan bonitas!! que bien merece la pena darlas un poquillo de mimo :) Además, al tener un bonito follaje persistente lucen bien todo el año.
Esta mía es Camellia x williamsii 'Debbie' pero hay tantas y tantas variedades!! Sin faltan tengo que hacerme con alguna más cuando arregle una zona de hortensias en el jardín delantero que estoy estos días proyectando.

Qué hacer para que las hortensias sean azules (Hydrangea macrophylla)

Otro tema sobre el que se debate muchísimo: la manera de lograr que las flores de nuestras hortensias sean azules. Cuánto se habrá escrito sobre este asunto!!  Y qué empeño tenemos en tornarlas de este color!! jejje Pero claro, de entre los que tienen su jardín en zonas gallegas, dónde el sustrato es bastante ácido, no es difícil encontrar quienes andan empeñados en que no sean azules, como brotan de modo natural en su zona  a menudo.. En fin, que nunca estamos a gusto con lo que tenemos!!
 

Las hortensias (Hydrangea macrophylla) Son plantas que además de humedad atmosférica, necesitan una humedad bastante elevada en el medio dónde crecen sus raíces y no recibir el sol extremo del mediodía si se cultivan en jardines del centro peninsular o dónde los veranos son muy tórridos. Aguantan por el contrario ciertas horas de sol en la zona de la cornisa cantábrica aunque el sol del mediodía no conviene a ninguna hortensia, ni en el norte ni en el centro de España. Por tanto una ubicación en semisombra en jardines de climas suaves y una casi en sombra pero que sea muy luminosa será el lugar idóneo para cultivar hortensias.
De todos modos y aunque no venga a colación en esta entrada, hay que decir que se pueden cultivar hortensias en unas condiciones bastante buenas aunque el suelo no tenga un pH demasiado bajo. Con un pH de siete por ejemplo, si le aportamos quelatos de hierro se cultivan hortensias quizás no perfectamente pero sí de modo aceptable. Un poco más adelante lo veremos.

Al grano. En todo caso, quienes queramos que nuestras hortensias florezcan en tonos azules deberán cumplirse tres condiciones de cultivo en las plantas:
1.- La primera y fundamental, que la variedad de hortensia tenga la capacidad de tornarse azul. Una hortensias absolutamente blanca, será muy muy difícil convertirla en azul, quizás, todo lo más que logremos es que se torne ligeramente azul, Las de color rosa son las más fáciles de cambiar de color.
2.- Que el suelo (jardín) o sustrato (jardinera o maceta) dónde crece la hortensia sea ácido, con un pH no superior a 5, mejor de 4,5
3.- Y por último ,pero el punto más importante: que haya presencia suficiente de aluminio en el suelo o se lo aportemos.

Pero hay algo más que es importante: mantener el grado de acidez del suelo y la presencia de aluminio desde que comienza la aparición de las yemas durante la temporada anterior y hasta el momento de la floración
Es decir, no es suficiente con llegar a un grado de acidez en el suelo, plantar la hortensia y hacer una aportación de aluminio. si hacemos esto no habrá prácticamente ningún cambio de color. Será preciso seguir manteniendo el pH en torno a 4,5 regando con agua acidificada y seguir haciendo aportaciones de sulfato de aluminio para que cuando llegue la floración las brácteas se coloren en azul.
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Las hortensias (Hydrangea macrophylla) son plantas que se conocen como acidófilas. Es decir, que su medio idóneo es un suelo o sustrato con un pH bastante bajo. Se parecen en este sentido a camelias, rododendros, azaleas, etc. 

¿Y por qué en un sustrato ácido? Sencillamente porque estas plantas requieren hierro para su buen mantenimiento y el hierro, aunque esté presente en casi todos los suelos, no es "asequible" o "asimilable"a la planta si no es en un medio ácido. Es la acidez del suelo la que por decirlo de alguna manera, "activa" ese hierro que está en el suelo y posibilita que la planta lo tome para su alimento.
De ahí que sea condición casi indispensable para su cultivo la acidez del suelo y cuando ésta no se da,  es decir, cuando el suelo dónde crece es alcalino, será obligatorio un "aporte"  del hierro que la planta no puede capturar del suelo agregándolo periódicamente en forma de "quelatos de hierro".
Al igual que la acidez determina la disponibilidad del hierro para las hortensia, hace lo mismo con otros elementos como es el aluminio cuya importancia veremos a continuación en lo que hace al color de las hortensias.
Si la planta carece de este hierro que precisa presentará claros síntomas de su deficiencia, tornándose amarillentas sus hojas y destacando sus nervaduras, es lo que se conoce como Clorosis férrica.
Para quién tenga curiosidad en ver estos temas con mayor extensión les invitaría a visitar las entradas:




En estas entradas podéis ver con algo de extensión los distintos modos que hay para bajar el pH de la tierra de cultivo de nuestras hortensias en el caso de que se tenga un jardín en zonas de suelos que no sean ácidos o que desee cultivar hortensias en contenedor como alternativa.
Pero tengamos claro una cosa: el hierro no es la causa de que las hortensias adquieran el color azul. Lo es la presencia de aluminio.
Así que por mucho que haya quienes afirmen que enterrando trozos de hierro cerca de las raíces de las hortensias, éstas se tornarán azules. Sencillamente no es cierto. 

Sigamos con las tres condiciones que decíamos que eran precisas para conseguir floraciones en tonos de azul:
  • Tenemos nuestra hortensia, Debiéramos asegurarnos de que tiene la capacidad de tornarse azul y la mejor manera de tener la certeza de que la planta que ponemos en tierra o el esqueje que intentamos que enraíce es que provenga de una planta que ya ha florecido en azul sea porque la hemos comprado de ese color, sea porque en su momento se cultivó en suelos con las características que permitían que floreciera en azul.
  • Bien, ahora deberemos acidificar el suelo de la zona del jardín dónde cultivamos la hortensia o del sustrato del contenedor si es que crece en una jardinera por ejemplo, logrando situar su grado de acidez en torno a un pH de 4,5 / 5
Este cuadro lo colgué en una entrada anterior sobre las formas de acidificar el suelo y creo que podrá ser útil ahora.

No me voy a extender en esta entrada en este aspecto de la acidificación del suelo porque, como digo, está extensamente explicado en la que colgué en su día.
Pero sí mencionaremos al menos los productos con los que se puede bajar el pH del suelo.
  • Azufre en polvo: Tengamos en cuenta que aunque es un modo barato fácil de acidificar sus efectos no son instantáneos. Es decir, deberán pasar unos meses entre la aportación y que el suelo adquiera el pH deseado.  Por ello es preferible incorporarlo al suelo en otoño para que llegada la primavera ya haya hecho su efecto. 
Dosis: Aproximadamente la dosis es de 90 gramos por metro cuadrado mezclado muy bien con el suelo dónde se incorpora. Lo ideal es que este azufre se ponga antes de la plantación ya que así evitamos la ruptura de las raíces al mover la tierra cercana a la planta.
  • Sulfato de hierro. No proporciona grandes cantidades de hierro al suelo pero sí es adecuado para acidificarlo. Lo encontramos a la venta en dos "formatos" que determinarán la forma de aplicarlo.
    • Sulfato de hierro granulado. Normalmente de color marrón que no se suele usar para disolver en el agua del riego si no para incorporarlo directamente al suelo mezclándolo con él superficialmente. Una aportación anual suele ser suficiente.
Dosis: 30/50 grm. por metro cuadrado.
    • Sulfato de hierro en forma de partículas finas de color verde claro.  Este tipo de sulfato de hierro se utiliza más bien para acidificar el agua del riego.
  • Hay otros productos como la turba rubia, el estiércol, las acículas de pino, el mantillo...pero son productos más difíciles de controlar con exactitud.
Tengamos en cuenta que no bastará con lograr un determinado grado de acidez en el suelo. Será preciso mantener esta acidez utilizando agua de lluvia o si no se dispone de ella, empleando agua acidificada para el riego de las plantas (tanto en contenedor como en el suelo).
Para ello podemos emplear ácido cítrico (1 cucharada en cada 50 litros de agua) o como acabamos de mencionar, sulfato de hierro en partíulas finas de color verde (3/4 gramos cada litro de agua)


Ya tenemos nuestro suelo o sustrato con el pH adecuado, en torno a 4,5 /5 y ahora qué? Si nuestro suelo tiene la necesaria cantidad de aluminio esto será suficiente pero salvo que  hayamos hecho un estudio fiable de las características del mismo y tengamos la certeza de que hay suficiente cantidad de este elemento, deberemos aportar sulfato de aluminio a este suelo.
De qué forma podemos aportar este sulfato de aluminio que las hortensias precisan para tomar tonos azules
NOTA IMPORTANTE: Antes de seguir aclaremos algo: las hortensias parecen ser bastante resistentes al aluminio, no así muchas otras plantas, por lo que hay que llevar cuidado con las dosis que incorporamos ya que pueden causar daño a las plantas cercanas.
Podemos usar para ello algunos compuestos:
  • Lo que todos conocemos como "azulador de hortensias" que no es más (en muchos casos) que sulfato de aluminio pero más "finamente" vendido y por supuesto a precio mucho más elevado.

La dosis y el período de su empleo deberemos consultarlo en las etiquetas del producto que adquiramos. Depende de la marca cambiará. Pero en general su aplicación será desde que comienzan a brotar las yemas al inicio de la primavera hasta su floración
  • También podemos emplear directamente sulfato de aluminio disuelto en el agua de riego. Se vende a granel o en bolsas de a partir de un kilogramo.
  • Mercadona vende un producto para piscinas con el nombre de "Eliminador de turbiez" para piscinas cuya composición es 100% sulfato de aluminio.  A un precio bastante más barato que los famosos azuladores.

En qué dosis y en qué periodo aportar el sulfato de aluminio:
Decíamos más arriba que las aportaciones de sulfato deben hacerse con cierta periodicidad.
Período de aplicación: Aunque suele aplicarse desde que comienzan a engrosar las yemas al inicio de la primavera para mayor seguridad debería de comenzarse su aplicación en el periodo que va desde septiembre/octubre que es cuando las yemas empiezan a formarse la temporada anterior a florecer, interrumpiendo el tratamiento durante los meses de latencia para reanudarlo al inicio de la primavera continuándolo hasta que florezcan.
Dosis: aplicaciones mensuales de unos 3 ó 4 gramos de sulfato de aluminio disueltos en cada litro de agua de riego será suficiente.

Lo importante es que las raíces queden completamente empapadas en la mezcla de producto para que el aluminio llegue lo más por igual a todas ellas. Así pues a un tamaño superior de contenedor o a un tamaño superior de la planta cultivada directamente en el suelo, mayor cantidad de preparado deberemos hacer.
Esta desigualdad en la cantidad de aluminio que se presenta en los suelos de una zona a otra es lo que ocasiona que las ramas de una misma hortensia presenten tonos distintos unas de otras.
En todo caso no olvidemos que la variedad de hortensia también será un factor que intervenga en la coloración. No todas lo hacen con igual facilidad, algunas incluso no tienen esa capacidad.
Incluso el tamaño de la hortensia puede dar lugar a variaciones de tonos de una rama a otra sencillamente porque las plantas de mayor tamaño ahondan sus raíces a niveles más profundos que los ejemplares recién plantados y tanto el pH como la presencia de sulfato de aluminio será variable de algunas ramas a otras simplemente porque crecen sus raíces a profundidades distintas.
Y ahora, ante lo que a priori parece una complicación para lograr el anhelado azul, alguien dirá: Pues mi madre o mi abuela, o mi vecina siempre tenía en la puerta de su patio hortensias azules y no se complicaba la vida, le agregaba trozos de hierro y con ello bastaba.
Sí, así podía ser, que estas buenas señoras tuvieran hortensias de lo más "azuleadas" en sus patios pero estamos equívocos en algo, en la atribución del color azul de nuestras abuelas a la presencia de la chatarra que metían bajo sus raíces. Era tan simple como que de por sí, de forma natural, sus patios (o el sustrato con el que llenaban sus macetas, que por cierto, aún no había hecho su aparición la turba en la que no hay presencia alguna de aluminio) estaban ubicados en zonas dónde había suficiente presencia de aluminio sin necesidad de hacer aportes extras de este elemento.
Evidentemente que la sabiduría popular no era una sinrazón del todo. La gente lo hacía antes y lo sigue haciendo ahora aun a veces sin saber la razón pero con efectos positivos para las plantas. Por qué? Pues porque lo que se lograba con la introducción de este hierro bajo el sustrato de las hortensias era que si el suelo no contenía este elemento (hierro) la oxidación del metal  que introducían proporcionaba a la planta lo que precisaba, sanando las que padecían clorosis férrica (que presentaba amarilleamiento de sus hojas). Pero de ahí a creer que tan solo con meter trozos de hierro bajo el suelo permitían una floración en azul, va un trecho largo.
Bien, llegados aquí habrá quién pregunte: Si ya he logrado bajar el pH del suelo dónde se cultiva mi hortensia a 4,5, la floración tendrá tonos azules sin aportar sulfato de aluminio?
Esta pregunta tiene dos respuesta. Me explico. Si el suelo dónde se cultiva esa hortensia no tiene presente en él un elemento imprescindible para que las hortensias sean azules y que es el aluminio, por muy ácido que sea el suelo o el sustrato dónde crece la hortensia, ésta no florecerá en tonos azules, lo hará en tonos más o menos intensos de rosa pero no en azul.
Por el contrario, si el suelo contiene de forma natural, aluminio, la hortensia podrá florecer en tonos más o menos intensos de azul tan solo con haber bajado el pH del suelo ya que convertirá el aluminio que el suelo tiene en accesible para la planta.
Hoy va de preguntas, la última: Si interrumpimos los tratamientos de sulfato de aluminio, tras lograr la floración en azul, los siguientes años en que cultivemos la hortensia también florecerá en azul? La respuesta va un poco en la misma línea que la de la pregunta anterior. Si el suelo tiene aluminio suficiente y mantenemos el pH adecuado, sí probablemente seguirá floreciendo en alguna gama de azul. Si el suelo no tiene aluminio y dejamos que el pH se vaya elevando con el agua alcalina del riego, la siguiente que vez que florezcan nuestras hortensias lo hará en gamas de rosas, quizás malvas porque quede algún resto de aluminio pero será difícil conservar los tonos azules si no cuidamos de los dos factores que venimos repitiendo en toda la entrada: pH del suelo y presencia de aluminio.

Las bayas. Condiciones de cultivo y preparación del suelo (I)

La semana pasada preparé este rincón del huerto con la idea de poder plantar en él algunos frutales de baya arbustivos. Para no hacer demasiado larga esta entrada creo que es mejor dedicar ésta a las condiciones generales de cultivo de los frutales de baya arbustivos y a la preparación del suelo y aplazar para la siguiente la plantación de algunos de ellos.
El emplazamiento
Si hemos de hacer caso a los datos que figuran en algunos libros específicos sobre el cultivo de las bayas deberíamos ubicar los arbustos de baya a pleno sol. Pero claro, estamos en lo de siempre, que los libros suelen de autores ingleses o al menos foráneos. Y cuando la página de un vivero, un libro o un jardinero ingleses dicen que ubican una planta a pleno sol no es al pleno sol de lugares como el interior de nuestro país, en concreto Madrid, dónde el sol en verano sencillamente achicharra.
De ahí que haciendo caso a amigos jardineros que cultivan estas plantas en su jardín en zonas de climas semejantes al mío, haya decidido ubicarlas en zonas de semisombra, al resguardo del sol del mediodía. Recibirán unas horas de sol pero no el que más quema. Espero que sea sol suficiente para que sus frutos resulten dulces al madurar.
Está en la esquina SE del jardín. En la parte más alejada del huerto. La valla divisoria, el hecho de que está a un nivel más bajo que el resto del huerto y el pino con una buena copa que está cercano a este espacio, lo convierten en un sitio protegido de los vientos fríos y un poco de las heladas.
El suelo
Los frutales de bayas precisan suelos con pH tirando a ácidos, en el rango de 6/6,5. Es aconsejable, cuando se prepara el terreno, adicionar bastante materia orgánica para lograr un suelo permeable, rico y que retenga cierto grado de humedad sin llegar al encharcamiento que produciría pudrición en las raíces. Un suelo rico, con capacidad de penetrar el oxigeno, suelto...
Estas plantas, y sobretodo los frambuesos y las fresas, son bastante exigente en las necesidades de hierro. El caso extremos lo constituirían los arándanos cuyos valores de acidez para crecer en óptimas condiciones son realmente bajos, en torno a un pH 4.
Todos conocemos los problemas de clorosis férrica que se producen en las plantas que carecen de él. El pH del suelo es de suma importancia para cultivar acidófilas. Y cuando el cultivo de estas acidófilas se produce en en suelos alcalinos, a las plantas les resulte difícil asimilar el hierro existente en el suelo, por eso es tan necesario rectificar el pH del medio dónde crecen para evitar todos estos problemas de carencias.
El suelo de mi jardín tiende a cierta acidez pero no tanta como la que precisan estos arbustos. Además, este rincón dónde he hecho las plantaciones no cuenta con un suelo lo que se dice bueno. En él, como expliqué en la entrada que mencionaba arriba, hemos ido depositando bastante material procedente de otras zonas del jardín según hemos ido preparándolas. Es una zona con bastantes piedras y con suelo de muy mala calidad.
Por eso decidí sustituir todo el suelo de las zanjas dónde están plantados. Podría haber rellenado toda la zanja directamente con tierra de castaño pero hubiera encarecido bastante la plantación. De ahí que prefiriera elaborar yo misma la mezcla con los siguientes elementos y una vez rellenas las zanjas dejar la tierra para acidófilas para utilizarla en los hoyos que he ido practicando a la hora de plantar. 
Estos arbustos de baya pueden plantarse en hoyos de unos 45 x 45 cm más o menos. En mi caso las zanjas miden aproximadamente 65 cm de ancho y unos 50 de profundidad.
Las he rellenado con una "mezcla" de estos cuatro elementos:
  • Turba rubia. Que no aporta prácticamente nutrientes pero sí mucha materia orgánica además de estructura y aireación haciéndolo más mullido y facilitando el crecimiento de las raíces. Se trata de un material con una buena capacidad de retención de humedad.
  • Sustrato vegetal enriquecido. Lo compro en el vivero de mi pueblo. Lo veo bueno, muy oscuro, con nutrientes, con bastante materia orgánica. Es el que suelo usar como base de plantación en los hoyos de casi todas las plantas.
  • Azufre en polvo. Este elemento no hace un efecto inmediato. Es decir, no acidifica instantáneamente si no que lo hace al cabo de unos meses que tarda unos meses en hacer efecto. De ahí que lo ideal hubiera sido preparar el suelo en otoño para que ahora ya hubiera bajado el pH con la aportacion del azufre pero no ha habido  más tiempo y no podía retrasar la plantación de los frutales. No he querido excederme en la cantidad que he aportado a la mezcla y dejaré pasar unos meses para volver a comprobar el pH del suelo de esta zona. Si todavía resulta demasiado alto, agregaré directamente al suelo algo de sulfato de hierro granulado y lo mezclaré superficialmente con él.
  • Estiércol bien fermentado. Además de aportar nutrientes al suelo mejorara su estructura, su aireación y su capacidad de seguir húmedo pero sin encharcamientos.
Luego, en los hoyos de plantación he usado otros compuestos. Estas plantas, como dijimos, precisan tener hierro a su disposición. Como de momento la aportación de azufre no habrá hecho efecto, he preferido incorporar en el hoyo de plantación un poco de quelatos de hierro para que tan pronto se desarrollen las raicillas lo tengan a su disposición en el suelo que las rodea. 
En algún caso como en la plantación del grosellero he aportado también un poco de cenizas de la chimenea de casa a falta de harina de huesos que se me había terminado. Los groselleros precisan que en el suelo donde crecen haya grandes cantidades de potasio. La carencia de potasio provoca que la planta presente rápidamente los síntomas de su déficit.


Fertilizantes y abonos.
Cualquier fertilizante equilibrado puede valer. Poner especial cuidado en que no contenga dosis excesivas de nitrógeno para no provocar un crecimiento desmesurado del follaje que suponga la merma de energías para formar frutos. 
Si se prefiere los compuestos orgánicos, son idóneos los que son a base de pescado, sangre y huesos. Hoy en día podemos encontrarlos a la venta en cualquier gran superficie.
En caso de que las plantas presenten déficit de hierro, sería aconsejable la incorporación de un poco de quelatos de hierro.
Acolchado:
Y por supuesto, un acolchado compuesto de elementos orgánicos es imprescindible. Un par de veces al año, en primavera y otoño.
Esta capa de acolchado mantendrá el suelo alrededor de las raíces húmedo y evitará tanto los efectos del frío como los del calor excesivos si no porque la materia orgánica acabará por ser transportada por los distintos microorganismos y gusanos del suelo a las capas más profundas, sirviendo de alimento para las raíces.
Para el acolchado podemos aplicar una buena capa del compost que hagamos en el jardín o una generosa capa de humus de lombriz.


Riego:
Es de vital importancia que el sustrato en el que crecen estos arbustos de baya tenga siempre cierto grado de humedad pero por supuesto el suelo no debería permanecer nunca encharcado. Si hemos proporcionado una buena mezcla en la zona de plantación esto no ocurrirá. Será una zona con capacidad de retención de humedad pero con capacidad también para drenar el agua sobrante.
La capa de acolchado ayudará a mantener la humedad en torno a las raíces pero aúna sí, en verano y cuando están formándose los frutos de debemos descuidarnos con la hidratación y hacer los aportes de agua necesarios.
Por cierto, aconsejo desde aquí un estupendo librito que, junto a los consejos de amigos con experiencia me han servido para orientarme en la preparación del suelo y en la plantación de estos arbustos que cultivo por primera vez. Se trata de "Frutas de jardín" de Stefan buczacki. de la editorial Tursen Hermann blume Ediciones. No estoy segura pero en la página de alguna librería creo haber visto que estaba descatalogado. De todos modos, deciros que es posible encontrarlo todavía sin dificultad alguna en librerías de segunda mano. Me parece un libro claro, ameno y con esquemas muy ilustrativos. Todos los libros de Buzacki que tengo me parecen muy pedagógicos y me resultan muy agradables de leer.

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