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Plantación de Acer palmatum 'Katsura' en zona climática poco adecuada.

Soy consciente de lo poco acogedor que debe ser mi jardín para la mayoría de acer. A pesar de ello, es tanto lo que me gustan que me dejo tentar algunas veces. Cultivo en mi jardín varios de ellos, dos ejemplares de los "todo terreno" y dos de los más delicados y exigentes. Unos más adecuados que otros a mi climatología.
Entre los que no son tan exigentes con la humedad atmosférica tengo desde mayo del año pasado un Acer x freemanii 'Autumn Blaze' que ahora está empezando a brotar. Veremos como evoluciona.
El segundo acer que no presenta ningún problema de adaptación a mis condiciones es Acer de Montpellier o Acer monspessulanum (Acer menor). Se trata quizás del acer que mejor soporta la sequedad del ambiente. Esta variedad de acer es totalmente distinta a las otras que son más conocidas y más propias de climas suaves dónde no tienen los veranos tan tórridos como los míos. Aguanta la sequía bastante bien incluso bastante sombra. No es exigente en cuanto a suelo, soporta un frío intenso... Este acer sí es propio de las condiciones del centro de nuestro país. De hecho lo veo crecer de forma espontánea en muchas zonas de Madrid. Una lástima que sea de tan lento crecimiento.
Pero como decía, a veces nos dejamos tentar y traemos plantas que son de difícil adaptación a las condiciones de nuestros jardines. Durante el verano de 2016 introduje en el jardín secreto un Acer palmatum (Arce japonés) sobre el que no tenía demasiadas esperanzas de que prosperara siquiera. Hice una buena mezcla de sustratos que permitiera que el sustrato mantuviese la humedad que precisan las raíces de estos árboles y a la vez no tuviera problemas de drenaje alguno. Parece que tanto el lugar como el sustrato que le preparé para que desarrollara las raíces le está gustando. Si bien es verdad que durante el verano, algunas de sus hojas se secan un poco y no luce en todo su esplendor, lo cierto es que pasó el verano pasado mejor de lo que yo esperaba y lució espléndido durante el la primavera y aún mejor en el otoño durante el que adquiere preciosas tonalidades sus hojas.
1.- LA ELECCIÓN DEL LUGAR DE PLANTACIÓN (Plano de sombras)
En mi jardín no es fácil encontrar un lugar en el que este tipo de acer delicados puedan crecer felices. Solo he encontrado dos. Así que como en uno de ellos planté el acer palmatum que os comentaba, me quedaba únicamente un espacio a la derecha de la escalera que atraviesa la zona central del jardín. Junto a la barandilla de madera que la recorre. Es una zona con muy poco sol, protegida bajo las copas de una encina y varios grandes enebros. No me inquietan las raíces de los enebros porque tengo comprobado que crecen sin molestar las plantaciones próximas. Tampoco las de una encina añosa que hay próxima.
La competencia de las raíces de los dos grandes olmos que crecen también en el centro del jardín, aquí ya pilla algo más lejos a sus raíces. así que espero que no invadan el suelo dónde me he decidido a plantar una segunda variedad, Acer palmatum 'Katsura'. Creo que no, que a los olmos ya les pilla este punto demasiado lejos. Solo temo la proximidad de una mimosa que crece a la derecha, bajo una de las terrazas. Espero que no llegue a detectar la zona húmeda y nutrida del acer y se "acerque" hasta allí a "hacerle compañía". De ellas solo me temo lo peor ajjajaja Menudas son!!
Hubiera preferido encontrar a buen precio un ejemplar de este acer más crecido porque ya, con mi edad, no me apetece tener que esperar años y años para ver un ejemplar medianamente digno en tamaño pero bueno, el que había era este que como podéis comprobar es bastante chiquito.
Cabría decir que los acer emiten raíces fibrosas y bastante superficiales por lo que no les gusta demasiado la competencia de otras plantas justo al lado. Este requerimiento me ha hecho elegir justo este lugar.
en el que os hablaba de lo práctico que resulta tener hecho un "plano de sombras" del jardín. Yo intenté hacer uno en papel pero con cientos y cientos de plantaciones me resulto absolutamente engorroso y de resultados poco claro, de manera que esta información tan imprescindible a la hora de decidir los lugares en los que nos conviene plantar, la he sustituído por otro sistema: las fotografías. En un jardín grande como el mío, es muy difícil recordar de memoria a qué horas y en qué zonas da el sol y de qué manera en todos los rincones. Durante el solsticio de verano de hace dos años hice un buen surtido de fotografías de todos los rincones en varias horas del día. Guardé toda esta información en carpetas en el ordenador y ahora el asunto del sol/sombra me resulta muy fácil de comprobar. Tan simple como abrir la carpeta de la hora que estoy interesada de saber si incide o no en verano el sol en ella y listo.
Así que eso he hecho antes de empezar a cavar el hoyo. Una vez he visto que este punto solo recibe un poco de sol en las primeras horas de la mañana y que durante el mediodía y las primeras horas de la tarde está resguardado, ya me he quedado tranquila.
Se trata de un pequeño arbolito que no creo que en mi clima alcance mucho más allá de los dos metros o algo más. En todo caso me he asegurado de, por si las moscas, creciera muy bien, que tuviera espacio suficiente por arriba para llegar a la altura que pueda (No caerá esa breva!! jajajaja). Iba a plantarlo un poco más abajo pero pensé que la copa del enebro y de la encina "taponarían" su crecimiento por arriba, así que he optado por, justo este punto, dónde tiene más de tres metros y medio hasta llegar a las ramas que hay ahora sobre este espacio.
2.- ELABORACIÓN DE LA MEZCLA DE SUSTRATOS PARA LA PLANTACIÓN.
Tal como cuando planté el otro Acer palmatumhice esta vez también una mezcla que se adaptara lo mejor posible a sus necesidades de cultivo.
He procurado hacer una mezcla que proporciones un buen drenaje y no retenga el agua alrededor de las raíces del Acer palmatum. Estos árboles no resisten tener constantemente sus raíces anegadas de agua, se pudrirían. De modo que precisamos un sustrato que permita que el agua del riego y la lluvia drene perfectamente y no produzca retenciones.
También es necesario que los materiales de los que se compone el sustrato permita pequeños espacios entre sus partículas para que el suelo esté aireado
Igualmente es preciso un suelo que absorba y retenga la humedad y no se seque rápidamente de manera que las raíces estén siempre húmedas sin estar encharcadas. Y por último, no les gusta los suelos alcalinos. Muchas de las variedades de arces crecen mejor en suelos con pH ácido.
Así pues, a comienzos de este mes con el acer en caso me dispuse a elaborar una mezcla de sustratos intentando que fuera adecuada a sus necesidades. No tenía turba rubia que es lo que habría incorporado pero usé tierra ácida.
Un componente fundamental en la mezcla que he elaborado para plantar este Acer palmatum 'katsura' ha sido el compost de hojas de roble perfectamente maduro ya.
Eso sí, para su elaboración hay que armarse de paciencia porque el proceso para su maduración es absolutamente lento. En el huerto tengo una compostera de malla plástica para este fin (Podéis consultar el proceso de construccion en el enlace). Cuatro postes finos de madera clavados directamente en el suelo formando un cuadrado y bordeados con tela de malla plástica. 
Para hacer el compost de hojas, en enero del año pasado me fui a recoger unos sacos de hojas de roble secas de los alrededores de la zona dónde vivo y las metí en ella. Inicialmente pensé en compostar las hojas directamente allí pero comprobé que al ser un lugar excesivamente ventilados, se secaban con extrema facilidad por lo que finalmente las metí en bolsas de plástico negras, de las normales de jardín y las he mantenido constantemente húmedas comprobando de vez en cuando el estado y agregando un poco de agua (poca) cuando veía que se secaban en exceso.
En mayo del año pasado vi que el compost iba madurando bien y la mezcla presentaba un aspecto cada vez más negro. Aún así estaba claro que le quedaban muchos meses para terminar de compostarse. Podéis ver los trozos de algunas hojas todavía sin degradarse en mayo.
Una vez pasado un año, podéis ver en qué se han convertido aquellas hojas: una mezcla negra, ligera, mullida, suelta...un magnífico sustrato ácido que aligerará cualquier mezcla en la que participe. Así estaba este compost de hojas de roble en diciembre del año pasado cuando lo usé como componente en una mezcla que hice para plantar los rosales a raíz desnuda que me vinieron del pedido que hice el invierno pasado.
 
No aporta demasiados nutrientes pero retiene bastante el agua de los hoyos de plantación evitando en parte la deshidratación del rosal (Sin que esta retención de humedad llegue al encharcamiento porque no produce problemas de drenaje)
El compost de hojas no aporta muchos nutrientes como os digo pero da esponjosidad a la mezcla, convierte el sustrato en un medio poroso, bien aireado donde las raíces crecerán con menos dificultad.

Incorporé más materia orgánica en forma pellets de madera para facilitar la aireación y para que el sustrato no se me compactara al tener bastante turba.
Como os comentaba en el artículo anterior en el que os mostraba como preparé unas cestas colgantes con petunias para poner en la fachada norte de la casa es importantísimo saber que solo valen pellets clase A1 esto es fundamental! Los pellets de este tipo se fabrican con maderas vírgenes y residuos de madera sin tratar químicamente y tienen bajo contenido en ceniza, cloro y nitrógeno.
En esta ocasión no los he humedecido previamente a plantar el acer. Más abajo explico por qué.
Tenía que nutrir esta mezcla y nada mejor que incorporar a ella una buena cantidad de humus de lombriz.
Yo uso mucho este producto. Es un magnífico nutriente orgánico para el suelo. Lo enriquece, mantienen la humedad, es materia orgánica, es muy difícil quemar una plantar con él si nos pasamos en la cantidad. En definitiva, además del estiércol creo que el humus es de los mejores productos tanto para incorporar en las plantaciones como incluso para usarlo como acolchado de los rosales.
El conjunto forma una mezcla bien mullida, esponjosa, ligera... la vermiculita que agregué, la tierra de castaño (tierra ácida), el serrín de los pellets y el compost de hojas ayudarán en los dos sentidos en los que estoy interesada, de una parte aportarán algo de acidez y de la otra favorecerá la conservación de la humedad.
Como comprobareis es una mezcla vaporosa, ligera, con suficiente materia orgánica y que no tendrá problema alguno de compactación ni de retención de humedad excesiva. A la vez, el aporte de vermiculita ayudará a retener la humedad en la cantidad precisa sin encharcamientos.
3.- UN ASUNTO IMPORTANTE: EL RIEGO
Decidido el lugar de plantación, y teniendo en cuenta cuan importante es para este tipo de árboles la humedad del suelo, dejé previsto ya el riego. En la tubería de riego por goteo que ya estaba instalada y que recorre desde la parte superior de esta escalera las plantaciones que hay a sus pies, instalé un "aro" de tubería. Simplemente corté la tubería que bajaba y con las piezas correspondientes metí en medio el aro uniéndolo a la tubería por dos de sus puntos para que el agua pudiera entrar y descender al resto de plantaciones que hay más abajo. De esta manera, teniendo varios puntos de goteo me aseguro que el sustrato que rodea las raíces del acer se humedece bien cuando reciba riego y así no dependerá de que yo tenga que regarlo con la manguera.
Este asunto es importante. No sé si a vosotros os pasa, a mí en alguna ocasión me ha dado pereza preparar las tuberías de riego para dejarlas listas cuando he plantado algunos ejemplares pensando que no importaba, que en tanto no pudiera poner las tuberías las regaría a mano con la manguera. Pero la verdad es que a veces no te viene bien o incluso te olvidas, y la planta recién puesta en su lugar sufre innecesariamente por falta de hidratación. Prefiero hacerlo así aunque me lleve más tiempo. Debemos ser conscientes de que todas las plantas sufren un estrés inevitable cuando se las coloca en su lugar y hay que procurar que esta situación se facilite lo más posible no haciendo sufrir al árbol de falta de hidración. Así estaremos facilitando que arraigue más fácilmente. 
4.- LA PLANTACIÓN:
Elaborada la mezcla de plantación y teniendo ya preparado el riego, el proceso es el de siempre: Practicar un buen hoyo de dimensiones generosas. En este caso, teniendo en cuenta que los acer desarrollan bastante superficialmente sus raíces, es más importante el ancho que la profundidad del hoyo.
Como repetimos siempre, antes de introducir una planta en el lugar dónde crecerá conviene comprobar que el drenaje es perfecto. Un buen riego el hoyo para asegurarnos de que el agua se drena bien y podemos proseguir estando seguros de que las raíces no se pudrirán con agua retenida.
Y lo lógico, rellenar el espacio entre el cepellón y el hoyo con la mezcla elaborada compactando muy ligeramente según se va rellenando. 
Antes de depositar el cepellón de la planta sobre el hoyo conviene comprobar que la altura del cuello del Acer está al nivel correcto. De ser necesario como veis en esta fotografía, hay que agregar sustrato por debajo para que la planta levante hasta la altura correcta. 
Yo prefiero ir haciendo riegos según voy rellenando para que las posibles bolsas de aire desaparezcan.
Terminamos de rellenar. Como había incorporado pellets, dejé pasar un buen rato para que se hidrataran con el riego y aumentaran su volumen hasta comprobar que el nivel de suelo era el correcto.
Este Acer crecerá en un terreno inclinado por lo que al regar, si no tiene hecho un buen alcorque, se desperdiciaría el agua que caiga de la manguera que iría a parar hacia la zona más baja del jardín. Por eso, como hago siempre en todas las plantaciones, dejé formado el acorque que ya sabéis que facilita muchísimo el riego cuando se hace con manguera.
Por último, con una buena capa de acolchado compuesto de corteza troceada que como siempre os digo, paliará los problemas de deshidratación ahorrando en agua, impedirá en buena medida el crecimiento de malas hierbas que compitan con nuestra plantación y, al estar compuesta por materia orgánica, poco a poco irá degradándose e incorporándose al suelo aportándole la tan necesaria materia orgánica. Evidentemente esta capa de acolchado hay que ir reponiéndola periódicamente ya que lentamente va desapareciendo al compostarse.
Y ya tenemos nuestro Acer palmatum 'katsura' plantado!! A ver qué tal se comporta.
Qué belleza! Verdad? Cuando lo planté, el día uno aún no había comenzado a desplegar sus hojas. Sus yemas estaban empezando a abrirse de forma incipiente. Ya este fin de semana sus pequeñas hojitas, aún muy pequeñas, ya muestran las preciosas tonalidades aunque todavía no se han desarrollado totalmente.
Me encantan los tallos rojizos de este Acer. Sus hojas, verde amarillento con bordes rosáceos oscuros ahora al inicio de la primavera, se tornarán verdes en verano para luego, ya en otoño, adquirir un intenso color rojo. Ay el otoño! Cuánto me enamora...
 
Esta zona del jardín siempre está fresquita. Incluso en las horas centrales del verano. Bajo la copa de los enebros espero que mi acer crezca feliz. O al menos lo intente y sea considerado conmigo jajajaja y que piense en la de cosas que he tenido en cuenta y he preparado para recibirle como se merece en mi jardín! :)
En todo caso, si no lo hace, no le culparé. Cuando lo he plantado no desconocía los problemas que puede tener, así que solo yo seré la responsable del fracaso si se produce y que es mucho más inteligente adaptar el jardín a la climatología que esperar que las plantas de zonas climáticas que no son las nuestras se adapten a nuestras peculiares circunstancias. En definitiva sé que los caprichos jardineros son eso, caprichos. Pero como somos humanos...pues eso, que la belleza del "lujo asiático" nos tienta y es lícito intentarlo, verdad? :)

Acer palmatum, empieza estupendo la temporada. Ya veremos como la termina...

Al comenzar agosto del año pasado no pude sufrir la tentación de traerme para casa un Acer palmatum (Arce japonés) y plantarlo en mi jardín. Evidentemente era consciente de que mi clima  es todo lo contrario de lo que este precioso árbol precisa pero a pesar de ello, ya digo, no pude dejar de intentarlo.


Busqué y miré y sopesé y volví a considerar cual sería el lugar (si es que había alguno) adecuado en mi jardín y tan sólo encontré dos.
Puestos a intentarlo mejor en el lugar más bonito para mi gusto, el jardín secreto. Una zona que como sabéis quienes leéis este blog con asiduidad abarca la esquina NE del jardín y todo él está bajo la protección de dos enormes pinos.


Estos grandes y añosos árboles sombrean la mayor parte del día esta zona proporcionando un fresco (si es que en agosto en la Sierra Oeste de Madrid puede hablarse de algo que se parezca a frescor ajajjaja) que no goza el resto del jardín. En este jardín cultivo hostas, helechos, calas y en general aquellos arbustos que precisan de sombra. El suelo contaba inicialmente con una pendiente muy acusada pero artificialmente (con el suelo que fui sacando de las plantaciones de todo el jardín) fui haciendo una "meseta" que ahora permite disfrutar de un buen espacio llano y sin pendiente. Esta acumulación de tierra la sostuvimos construyendo una especie de rocalla con un par de banco hechos de traviesas de madera. Entre las grandes rocas llenas de verdín y musgo y los bancos rellenamos con sustrato nuevo y rico que está permitiendo que las plantas crezcan por encima del nivel de las raíces de uno de los pinos.

En fin, que se trata de un rincón de los más agradables de mi jardín y en el que paso largas horas leyendo, disfrutando de las vistas que tiene del pueblo a lo lejos y no sé por qué este lugar parece que en mí produce muchas veces la inspiración para resolver algunos problemas del jardín. Sentada aquí, tranquilamente pensando y buscando soluciones, se han forjado en mi mente muchas de las soluciones que luego he aplicado en otros espacios del jardín.

Me gusta este sitio. Es fresquito, tranquilo, lleno de vegetación y aunque le faltan algunos detalles como una fuente, quitar el horroroso banco blanco (que no se me ocurre dónde esconderlo ajajjja pero que odio su visión porque es como una bofetada en los ojos cada vez que lo miro)...sin embargo tiene algo que me atrae y en él me siento muy muy a gusto!!

A lo que vamos, que hay que ver cómo me enrollo!! :) Como digo, no las tenía todas conmigo con este Acer y sin muchas esperanzas, una vez encontrado la ubicación menos mala (porque buena no hay ninguna) decidí proporcionarle el mejor suelo que pude. Mezclé varios sustratos y creo que logré una mezcla esponjosa, que no tiene problema alguno de drenaje, que no se encharca y que a la vez guarda la humedad bastante tiempo.
Para elaborar esta mezcla utilicé turba rubia (con un pH entre 3/4) y tierra para acidófilas que aportarían la acidez necesaria; humus de lombriz y una generosísima cantidad de hojas de roble secas que permiten que la mezcla esté bien aireada, arena para facilitar el drenaje, y vermiculita y arcilla expandida para ayudar a mantener húmedo el suelo. 
Si el clima no acompañaba, al menos que el sustrato en el que crecieran las raíces fuera del gusto del precioso arce japonés...Habría que añadir que tampoco era buen momento para plantarlo porque agosto, con el calorazo que hace aquí...En fin, que me empeñé en traérmelo y me lo traje!!
No hay que decir que hasta que entró en latencia cuidé su hidratación con mimo y no permití que en ningún momento el sustrato se secara. Aporté agua muy frecuentemente para que las raíces tuvieran siempre algo de humedad y esperé que llegara el frío del invierno deseando que mientras tanto el árbol emitiera suficientes raíces en el sustrato que le proporcioné para que la primavera siguiente (esta) empezara a tirar con fuerza.
Afortunadamente así ha sido (cruzo los dedos!!) No fue de los árboles que empezó a brotar primero pero cuando ha dicho a hacerlo, caramba!! Lo está haciendo con fuerza y está poniéndose precioso!!
Así estaba el año pasado:

Viendo como está creciendo, de momento está claro que el sitio le gusta porque el crecimiento es grande.

Sé que tiene que venir el temido verano con su aire seco y tórrido y que ahí es cuando de verdad sufrirá. Veremos como afronta el calor. Sin duda no estará como ahora de bonito pero al menos, el hecho de que el año pasado hubiera arraigado estupendamente, ha permitido que comience la temporada con un magnífico crecimiento y ha aumentado considerablemente su tamaño. No parece el mismo!!
Sin duda a partir de mayo que comienzan ya a subir bastante las temperaturas seguiré cuidando su riego y su nutrición. Al inicio de la temporada le puse una buena capa de humus de lombriz y ahora cuando comience el verano haré igual. Es una forma de aportar materia orgánica y a la vez de mantener la zona que rodea las raíces húmeda y más fresca que de tener el suelo al descubierto.
Aunque no puedo cantar victoria ni muchísimo menos porque la prueba de fuego la deberá pasar en verano, esta tarde estaba sentada frente a él. Me fijé en sus hojas, sin manchas, frescas, sanas, sin signos de sequedad....y me gustó tanto verlo tan bonito que he querido mostrároslo.

Feliz tarde de domingo queridos lectores. Muchísimas gracias por leerme!! :)

Día de pleno invierno en el jardín. La luz convierte en encajes la vegetación.

Distinto. Siempre es distinto. Por miles de veces que se recorra, en cada oportunidad la paleta de colores que se vierte sobre él, la vegetación, la temperatura, todo cambia. Hoy, un día de riguroso invierno, el protagonista es el agua. Agua en forma de vapor ascendiendo desde el suelo entibiado por los tímidos rayos de sol que lograban vencer y traspasar la fina neblina; agua líquida goteando sobre el suelo desde los árboles, agua empapando las hojas y madera que cubren las plantaciones. Agua.

Mezcla de sustratos para plantar un Acer palmatum (Arce japonés)

Los Acer (arces) crecen de forma natural en los márgenes de los bosques al abrigo de otros árboles de mucha más envergadura que ellos que los protegen de los vientos y del sol directo. Lo hacen en suelos frescos y húmedos. Precisan para crecer en buenas condiciones de un clima frío en invierno y veranos frescos y húmedos.  Es decir, de climas templados.

En efecto, nada que ver con el clima que cuenta mi jardín en verano. Sé que no tengo las condiciones que precisa para que crezca frondoso y no sufra con la sequedad del aire y las altas temperaturas de mi verano. Pero ya sabéis lo que pasa, los vemos tan hermosos...que sí, a veces a sabiendas de que no deberías intentar cultivar plantas que no son adecuadas para tu jardín, te enamoras de ellas y lo intentas. Así que sí, es un capricho que probablemente tiene sus días contados pero ya está en mi jardín y quiero intentarlo. He sufrido la tentación de hacerme con uno dos años pero al final he caído ajjajaja 
Tengo claro que de cultivar Acer debería limitarme a especies nativas de la Península como Acer monspessulanum ( o Acer de Montpellier), Acer pseudoplatanus, Acer platanoides o Acer campestre.  que resisten la sequedad y el calor veraniego sin dificultades. De hecho tengo un pequeño Acer de Montpellier que cultivo a pleno sol y no me da problema alguno. Este primer año no ha crecido demasiado porque se está dedicando a crear un buen cepellón pero a pesar de ello las nuevas ramas presentan hojas sin quemadura alguna y mira que le da sol!! Seguramente el año que viene pegará el estirón pero en todo caso no hay que estar pendiente de él ni tiene remilgos ninguno en lo que hace al tipo de suelo. Pero bueno ya digo, a veces intentamos cultivos que presentan grandes dificultades. En fin, de fracasar en el intento tampoco me he gastado ninguna barbaridad. He encontrado este ejemplar a buen precio y eso me ha hecho animarme. 

La verdad es que no es fácil encontrar en un jardín de veranos tórridos un lugar adecuado para estos arces de otros climas. Creo que en mi jardín solo hay dos lugares en los que intentaría cultivar un arce. Uno es este bajo uno de los pinos grandes. Una zona que estoy arreglando estas semanas. El otro es en la zona central del jardín bajo la protección de una encina de buen tamaño. En esta última ubicación es dónde siempre he pensado que si tenía presupuesto  suficiente algún día quizá me dejaría tentar y plantaría uno de buen tamaño.
No tenía pensado cultivar ninguno en esta zona que muestro hoy en las fotos. Quizás porque estaba sin arreglar y no me había fijado que tiene unas horas de sol directo, las de la primera de la mañana y a eso de las once ya cae sobre esta zona una sombra moteada que podría preservar sus hojas de los rayos de sol directo. Ya veremos...

Son varias las condiciones que precisan para estar a sus anchas: como hemos dicho, veranos suaves, humedad ambiental, no recibir el sol directo en sus hojas al menos en las horas de sol más fuerte, protección del viento, protección cuando todavía es pequeño de las heladas fuertes, suelo buen drenaje, buena aireación y capacidad de retener la humedad alrededor de las raíces.

No puedo proporcionarle ni veranos suaves ni humedad ambiental. Creo que la ubicación que le he buscado es adecuada. La gran copa del pino que está sobre él lo protegerá de las heladas fuertes si se produjeran, también estará protegido de los fuertes vientos en esta zona. Las primeras horas de sol de la mañana no son las más fuertes. El aspecto que más puedo modificar es el suelo dónde crecerá. De ahí que haya hecho esta mezcla de sustratos que os muestro y que no puedo decir que vaya a funcionar ya que como digo, no he cultivado nunca un arce de este tipo en mi jardín y no puedo decir todavía sus resultados. En todo caso iré comentando su crecimiento en artículos posteriores.
He procurado hacer una mezcla que proporciones un buen drenaje y no retenga el agua alrededor de las raíces del Acer palmatum. Estos árboles no resisten tener constantemente sus raíces anegadas de agua, se pudrirían. De modo que precisamos un sustrato que permita que el agua del riego y la lluvia drene perfectamente y no produzca retenciones.
También es necesario que los materiales de los que se compone el sustrato permita pequeños espacios entre sus partículas para que el suelo esté aireado
Igualmente es preciso un suelo que absorba y retenga la humedad y no se seque rápidamente de manera que las raíces estén siempre húmedas sin estar encharcadas. Y por último, no les gusta los suelos alcalinos. Muchas de las variedades de arces crecen mejor en suelos con pH ácido.
Cabría decir que los acer emiten raíces fibrosas y bastante superficiales por lo que no les gusta demasiado la competencia de otras plantas justo al lado. Este requerimiento me ha hecho elegir justo este hueco entre las grandes piedras de esta zona del jardín.
Esta terraza, como he comentado los artículos de estos últimos días en los que os mostraba como hemos construido los bancos de traviesas y la rocalla así como la escalera que se ve en las fotos, es tierra de mala calidad procedente de hoyos de plantación. Esto me ha obligado a eliminar toda la tierra mala que he podido para proporcionar el mayor espacio posible al futuro cepellón. 

Creo que el hoyo ha quedado de buenas dimensiones.
He regado bien el contenedor antes de proceder a la plantación y por supuesto me he cerciorado del perfecto drenaje del hoyo de plantación echando una buena cantidad de agua y viendo cuánto tardaba en absorberse. No ha tardado nada, así que en ese sentido no habrá problema alguno.

Aquí están los sustratos que he usado para elaborar la mezcla: Turba rubia (con un pH entre 3/4) y tierra para acidófilas que aportarán la acidez necesaria; humus de lombriz y una generosísima cantidad de hojas de roble secas que permitirán que la mezcla esté bien aireada arena que facilitará el drenaje, y vermiculita y arcilla expandida que ayudarán a mantener húmedo el suelo. 

No he pesado ni medido las cantidades pero creo que las fotografías pueden dar una idea aproximada de las cantidades que he usado en la mezcla. Quizás lo que está más tapado es el humus de lombriz y puedo decir en este caso porque las he contado, que han sido seis paladas de las pequeñas las que he añadido a cada carretilla. De arcilla expandida ha sido la que cabe en un contenedor de los de 20 cm. De vermiculita aproximadamente igual. Más o menos lo mismo de arena. Las hojas secas de roble usadas entre las dos carretillas de mezcla que he preparado han sido las que me cupieron cuando las metí en el saco y que por cierto según iba echando en él iba prensando para que cupieran más así que en total ha sido una buena cantidad de hojas. 
La turba rubia la compro en grandes balas y viene muy prensada. Al sacarla del plástico que las envuelve sale en trozos grandes compactos y es preciso desmenuzarla previamente antes de mezclarla con otros elementos.

Una vez rotos todos los grumos se presenta como un sustrato muy esponjoso. Aquí podéis verlo en una esquina de la carretilla bajo las hojas de roble.

A continuación he añadido a la carretilla la arena, las hojas de roble, la vermiculita y el humus de lombriz. Mientras iba mezclando con las manos los elementos iba desmenuzando bien las hojas de roble. 

Cuando tenía mezclados estos elementos he añadido la tierra de castaño y a base de remover con la pala he logrado una mezcla homogénea. 

Como comprobareis es una mezcla vaporosa, ligera, con suficiente materia orgánica y que no tendrá problema alguno de compactación ni de retención de humedad excesiva. A la vez, el aporte de vermiculita y arcilla expandida ayudará a retener la humedad en la cantidad precisa sin encharcamientos.

Cuando tenía una carretilla preparada he volcado la mezcla en el hoyo y he visto que no tenía ni para empezar ajjajajaj Así que he tenido que preparar otra  carretilla con los mismos ingredientes y en las mismas proporciones para terminar de rellenar el hoyo. Buena señal porque quiere decir que mi pequeño Acer tiene de momento espacio más que suficiente para que sus raíces se expandan en un sustrato que espero sea adecuado para su crecimiento.
A continuación he sacado la planta del contenedor y he espolvoreado activador de raíces para favorecer el enraizamiento, eliminado el sobrante sacudiendo ligeramente el cepellón.

Antes de poner en el hoyo el Acer he compactado bien con las manos el suelo que lo rodea y lo he regado en profundidad. He introducido el cepellón en el sustrato dejando el nivel del cepellón muy ligeramente por debajo del nivel de sustrato de alrededor. 
Y he finalizado con un riego a conciencia para que el suelo se humedeciera en profundidad.

Mañana pondré sobre este suelo un buen acolchado que proteja las raíces del calor, del sol y que mitigue un poco la pérdida de humedad. 
Y ahora a ver qué ocurre :) Evidentemente habrá que estar muy muy al cuidado de que en ningún momento este suelo se seque. Esto es de importancia capital. Mantener las raíces de los arces de este tipo siempre húmedas es absolutamente necesario. A ver si logra pasar este agosto que es lo más duro que queda del verano y durante el otoño comienza a arraigar... eso espero. Lo que estaba en mis manos lo he hecho, a ver si él pone de su parte y se comporta :P


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