Manchas en hojas de Iris germanica producidas por Heterosporium gracile (Davidiella macrospora)

Así están mis Iris germanica 'Florentina' este invierno. Horribles!! 


Incluso estoy pensando en deshacerme de ellos porque tengo miedo de que finalmente contagien a los Iris germanica que siendo vulgares (no tienen nombre y apellidos) y corrientes a mí me tienen enamorada y han demostrado una resistencia a todo increíble. Porque hay que ver la mala vida que llevaron los pobres antes de comenzar nosotros a arreglar el jardín. Pero ahí siguieron!! Y en cuanto recibieron una buena limpieza, agüita de vez en cuando y les cayó encima de su suelo el estiércol que suelo depositar en el jardín dos veces el año, no tardaron en ponerse preciosos y en darme unas floraciones preciosas.
La cosa es que en la primavera de hace dos años encontré abandonados en una parcela sin vallar en las proximidades de mi jardín unos cuantos rizomas de Iris germanica 'Florentina'
Grandes, fuertes, aparentemente sanos!! Tenían un aspecto francamente magnífico. No sólo las hojas, también los rizomas no daban muestras de estar enfermos. Estaban duros, sin abolladuras, sin mohos, sin manchas ni zonas reblandecidas y con un aspecto inmejorable.
No presentaron problema alguno en la temporada de aquel año pero próximos al invierno empezaron a aparecer en sus hojas unas manchas que poco a poco iban extendiéndose aumentando en número y provocando que las hojas dónde aparecían poco  poco comenzara a enfermar completa y finalmente se secara y muriera.
Tan pronto vi estas manchas eliminé las hojas afectadas pensando que con ello eliminaría o limitaría el problema. Me equivoqué!
El año pasado los síntomas aumentaron. Aquellos rizomas que encontré los distribuí en varios lugares del jardín para formar varias matas. Lo curioso es que todas ellas manifestaron los mismos síntomas la anterior temporada y la presentan este invierno. Lo cual me hace pensar que estuvieran infectados desde antes de plantarlos porque la  distanca entre unas matas y otras es bastante así que el contagio no me parece demasiado plausible.
También me llama la atención que estando prácticamente al lado de otros Iris germanica que tengo (ya estaban desde siempre en el jardín antes de llegar nosotros) no llegan a contagiar a ninguno de ellos.
Estos días me he fijado que el problema parece tener un aspecto más grave. Son más hojas las afectadas y de forma más intensa así que me he interesado en recopilar alguna información sobre este hongo. La comparto con vosotros.
Estas manchas son producto de una enfermedad fungica causada por un hongo que es conocido con distintos nombres: 'Heterosporium gracile', 'Heterosporium iridis', 'Davidiella macrospora' e incluso como 'Didymellina macrospora' y 'Mycosphaerella macrospora'. En fin, un lío!
Aunque puede enfermar a otras plantas como Narcisos, Freesias, gladiolos o Hemerocallis, son los lirios (Iris germanica) los que se ven más afectados por el contagio constituyendo ésta la enfermedad foliar más importante de estas preciosas plantas.
Las hojas contagiadas comienzan a presentar pequeñas manchas ovaladas con puntos marrones. 

Según va acrecentándose la infección el número de manchas aumenta y llega a invadir totalmente la hoja provocando que se amarronen y finalmente se sequen y muera lo que si ocurre con en gran cantidad de hojas y de forma repetida durante varias estaciones pueden llegar a afectar a la salud del rizomas debilitándolos y provocando su muerte.

Es frecuente que los primeros síntomas de esta enfermedad se manifiesten con la aparición de pequeñas manchas marrón claro comiencen sobretodo en la parte superior y paralelas a la dirección de las venas de las hojas y el borde de las hojas aunque también pueden aparecer en tallos y botones florales. 

Aquí puede verse como la parte baja de las hojas presenta menor infección. 

Al inicio de la temporada las manchas se agrandan lentamente y tras la floración el número y tamaño de las machas aumenta rápidamente llegando a inundar prácticamente toda la superficie de la hoja. Las manchas más antiguas presenta una forma oval y con centros grises bordes en tonos rojizos y con un halo clorótico.


Durante los años secos la enfermedad se presentará menos agresiva y será en los años húmedos cuando presente más virulencia. Eliminar las hojas afectadas desde el inicio de la aparición del problema reducirá las esporas disponibles para que lleguen a infectar 
Según parece las esporas pueden permanecer en el suelo a la espera de que las condiciones atmosféricas les sean favorables. Así las lluvias primaverales y tras ellas el calor del verano favorece su capacidad de actuación sobre los Iris.
Es muy aconsejable someter a una buena limpieza de hojas secas y material muerto las matas de Iris. Son estas hojas secas amontonadas  los pies de la planta dónde se desarrollan y reproducen las esporas. 
Es en estas hojas secas y muertas dónde las esporas pasan el invierno para volver a la actividad tan pronto llega la primavera y el tiempo húmedo. El viento y el agua las llevará de un lugar a otro contagiando a otras plantas directamente a través de sus estomas.
Vemos pues que el tiempo húmedo, la falta de ventilación entre las hojas, el riego por encima mojando el follaje, el suelo ácido son todas ellas condiciones favorables para su desarrollo. 
Por tanto como medidas preventivas o para paliar e incluso solucionar el problema es aconsejable actuar en el sentido siguiente:
Mantener las matas aseadas es una buena costumbre. Eliminando estas hojas secas, enfermas o el material muerto alrededor de la base de las matas, favorece que haya buena aireación entre las hojas y mitigará el peligro de contagios al reducir la cantidad de esporas de hongos presentes entre las hojas y en el suelo.
Por supuesto no debemos usar este material para hacer compost ya que favoreceríamos el contagio a otra plantas. Lo mejor es quemarlas.
A continuación deberíamos tratar la planta durante el tiempo húmedo con algún fungicida a base de cobre. Aunque parece que estos fungicidas son más preventivos que curativos una vez la planta está infectada.
Incluso quizás lo mejor sería extraer del suelo los rizomas, comprobar si están afectados eliminando cualquier zona enferma. Luego bañarlos en una solución con cobre antes de replantar.


El hacinamiento entre las plantas favorece el contagio. Conviene dividir las matas periódicamente y asegurarse de que hay espacio entre ellas que favorezca una buen movimiento del aire entre ellas.
Según parece hay variedades y cultivares más y menos susceptibles de contraer esta enfermedad. Convendría asesorarse de cuales son más resistentes para elegirlas a la hora de cultivar lirios en el jardín.
Como os comentaba los que yo tengo en el jardín de siempre y que deben ser una variedad muy común son bastante más resistentes a este hongo. De todos modos, me preocuparé de pedir que me limpien bien todas las matas y eliminen cualquier hoja dañada, seca o muerta. Igualmente le diré a mi ayudante que corte todas las hojas hasta un palmo. Creo que será un buen modo de prevenir incluso en aquellas matas que no presentan de momento ningún indicio de estar infectadas.
Igualmente, al haberse introducido este hongo en el jardín creo que recortar hasta bien abajo todas las matas de Iris ayudará a eliminar la mayor cantidad posible de esporas que haya presentes. Y por supuesto, una vez comience la actividad al pasar lo más duro del invierno volver a actuar con productos a base de cobre para preservar del contagio al material vegetal recientemente brotado.
Aunque los Iris pueden vivir en zonas algo más sombreadas el crecer en puntos bien soleados favorecerá la salud de la planta.
Si nuestro suelo es muy ácido puede ser aconsejable agregar algo de cal para aumentar el pH del suelo.



Al regar se debería intentar no mojar su follaje, especialmente si regamos por la noche. Ya sabemos que no conviene mantener la humedad en el follaje durante muchas horas puesto que es una forma de animar al desarrollo de las enfermedades fúngicas.
Al aplicar el producto fungicida mezclarlo con algo de jabón potásico disuelto en agua para aumentar la adherencia. Si agregamos una pequeña cucharadita de jabón disuelta en la disolución fungicida de cobre disminuirá la tensión superficial de la gota de agua, aumentará la penetración del producto en tejido a la vez que la permanencia del mismo sobre las hojas y por tanto su efectividad.
La aplicación debería hacerse de forma repetida y espaciada entre aplicaciones en función de que el tiempo sea húmedo o seco. 
Deberían aplicarse al menos cuatro veces con intervalos entre ellas de 7/10 días. Se aconseja más el uso de  pulverizaciones que los productos cúpricos en polvo.
Prestemos especial atención al tiempo húmedo. En el caso de estar tratando nuestros Iris con algún producto deberíamos acortar los intervalos a 5 días si el tiempo es lluvioso.
Del mismo modo podemos alargar los intervalos a 12/14 días si el tiempo es seco.

Los jardines con pendientes son más interesantes pero es necesario sujetar el terreno en algunos puntos.

Otro rincón terminado!! Los jardines cuyo terreno no es plano si no que se presentan con pendientes tienen eso, que en algunos puntos se hace imprescindible sujetar el suelo de alguna forma.
A este rincón en concreto llega cuando llueve fuerte buena parte del agua que cae en la parte alta del jardín. Hasta ahora, que esta zona en la que el suelo estaba colocado de forma provisional, constantemente se derrumbaba la pendiente, aparecían malas hierbas de raíz profunda que al extraerlas ayudaba aún más a descompactar la tierra e incluso mis propios pies al apoyarme contribuían  a que nunca estaba esta zona decente.

Para que os hagáis una idea os pongo una fotografía de la zona realizada antes de llevar a cabo este último cambio.

Pero además tengo un perro que es bruto como un arado, Iker, que recorre la parcela cabalgando como si fuera un caballo. Un perro de casi cincuenta kilos cuando pone sus patas en tierra corriendo, rompe la tierra con total facilidad así que día sí y día también me encontraba con desmoronamientos en este espacio.
Aquí tenéis al bestia en cuestión. Ahí, aguantando como un jabato la helada que había la otra mañana temprano. Pero tan pronto llegó el ayudante que tengo para hacer las cosas de jardinería me abandonó y allá que se fue con él. Frío él? Quita!!

Si os fijáis la pendiente era baste y provisionalmente movimos la tierra que bordeaba los pies de la Paulownia de manera que hiciera una pared inclinada hacia el camino que bordea el seto sur.


Comparado con otras zonas del jardín aquí mi ayudante no ha tenido que hacer demasiado trabajo. Eso sí, nos hemos tenido que aprovisionar de unas traviesas de madera y una buena cantidad de pedrolos que era imprescindible que tuvieran la pátina formada por líquenes y musgo que tienen las otras piedras del jardín. 

No es fácil conseguir estas piedras añejas que aportan al jardín una solera que a mí se me antoja muy hermosa y que de usar unas nuevas serían un "pegote" que destacaría y se separaría del hilo conductor del jardín en cuanto a diseño.

Esta zona del jardín no tenía casi dónde sentarse a descansar un rato aunque no fuera muy cómodamente. Estas dos traviesas aunque no son propiamente bancos, al estar un poco en alto pueden servir  a ese efecto.

No me acaba de convencer ese palmo de tierra sobre el que están puestas y que se elevan con relación al camino. Y digo que no me acaban de convencer porque hubiera preferido hacer una especie de un murete de piedras pequeñas sin cemento y sobre el que crecieran algunas plantas ahondando sus raicillas entre ellas.
No estoy en disposición de hacer trabajos de ningún tipo en el jardín. Cuando me recupere de la pierna rota y pueda volver a andar dedicaré un día a hacer estos muritos frontales para estas dos traviesas y pienso que la zona quedará mejor "rematada". De momento así queda.
No he indicado a mi ayudante que haga demasiadas plantaciones. Quiero llenar los espacio más adelante cuando pueda comprar algunas salvias y alguna lavandula. 
Entre las plantaciones que se han realizado de momento hay un Elaeagnus umbellata. Se trata de un arbusto resistente a las bajas temperaturas, caducifolio con hojas coriáceas y bonita floración formada por pequeñas y abundantes flores blancas de delicioso aroma y muy atractivas para las abejas. Parece ser que con sus frutos pueden elaborarse deliciosas confituras. Puede llegar a ser un pequeño arbolito.


Elaeagnus umbellata - Imagen de Wikipedia

Elaeagnus umbellata - Imagen de Wikipedia
El otro arbusto que se ha incluido en este arriate es otro eleagno perennifolio, Elaeagnus pungens 'Hosuba fukurin'. Me parecen preciosas sus hojas brillantes y bordeadas de blanco cremoso y su porte compacto. Puede crecer bastante, sin embargo aguanta muy bien las podas, de hecho se utiliza frecuentemente en setos precisamente por esta capacidad de llevar bien los recortes. No estoy segura de querer cultivarlo dándole una forma de bola. Quizás lo deje crecer un poco más a su aire conteniendo eso sí, un poco su crecimiento para que no invada la zona que no tenga asignada.

A cierta distancia del tronco de la Paulownia tomentosa se ha dejado un hoyo de plantación a la espera de que adquiera el rosal trepador que tengo pensando cultivar en ese lugar.

He decidido esa ubicación retirada del tronco para evitar competencias pero también porque en ese lugar el rosal aunque crezca no invadirá el espacio de la escalera de traviesas que baja atravesando el jardín.


A la izquierda de este arriate triangular hay otro en el que crecen cuatro o cinco rugosas con rosas de gran tamaño y color magenta.
A la derecha al otro lado del camino, en el seto norte plantamos hace unas semanas un rambler muy bonito, tonos albaricoque/melocotón/amarillo pálido, Rosa 'Phyllis Bide'. Creo que un rosal de flor grande a los pies de esta Paulownia sobrecargaría el espacio y lo haría demasiado estridente. Pienso que un rosal de flor pequeña, en violeta oscuro combinaría a la perfección tanto con los rugosas de la izquierda como con el rambler del seto de la derecha. Tengo que decidir aún por qué variedad terminaré por inclinarme.

Bueno, aún tiene este espacio un aspecto algo desangelado. Le faltan plantaciones, evidentemente. Pero bueno, ya llegará la primavera y podremos adquirir las plantas que combinen en esa zona y que proporcionen mayor vistosidad al rincón.

El Cocido Madrileño. Ingredientes y paso a paso de su elaboración (O como superar el frío en el jardín)

No todo va a ser jardinear. Hace un frío que pela y qué mejor que incluir en el menú de esta semana un magnífico plato casero, clásico y típico de toda la vida?
Así pues hoy no traigo nada relacionado con la jardinería. Hoy voy a compartir con vosotros una receta de las más clásicas de la Cocina Española: El Cocido Madrileño!!
En mi blog de cocina "Con María en su cocina" he dedicado dos post a su desarrollo. 


En este primero están los ingredientes que forman parte de este suculento plato. 

El segundo incluye un paso a paso pormenorizado todo el proceso de elaboración
Espero que os animéis a hacerlo aquellos que no lo hayan degustado nunca. Con estos fríos invernales es tan de agradecer una sopita que reconstituya el cuerpo (y el alma)..seguidas de unas verduras regadas con aceitito y terminar con un espléndido surtido de carnes, tocinos y chorizos...
Feliz comienzo de semana, amigos!! ;)

El compost de hojas caídas en otoño: Una buena enmienda para el suelo de nuestro jardín.

Al inicio del año pasado hice un compostero con malla metálica para meter las hojas que caen en otoño en el jardín. Este año lo he usado para eso, para tener recogidas las hojas que iba recogiendo y que he usado en la compostadora según necesitaba.
Este año en cambio he decidido hacer en él un compost de hojas. Tardarán mucho en compostarse porque contienen gran cantidad de lignina que es tremendamente resistente a la descomposición. Pero con el tiempo,  terminarán por formar un estupendo material que una vez incorporado al suelo de mi jardín ayudará a que éste retenga más el agua y modificará su estructura haciéndolo más esponjoso y aireado.
Son gratis, están ya en nuestro jardín bajo los árboles desnudos, llevarlos a los contenedores municipales embolsados nos supone un trabajo... por qué deshacernos de tan valioso material? No pagamos un euro por ello, nos ahorramos paseos para sacarlas de nuestro jardín y a cambio de los minutos que de vez en cuando nos llevará mover el montón, tendremos al año que viene (o al otro según el tipo de hojas que usemos) una estupenda materia que podremos "devolver" a nuestro suelo...Qué ocurre en un bosque? Las hojas caen a los pies de los árboles y el tiempo, la lluvia, la acción de los microorganismos y de insectos hacen su trabajo sobre ellas. Al final este material vuelve a los árboles en forma de nutrientes o incorporado como materia orgánica al suelo dónde hunden sus raíces... Por qué no copiar un poco a la sabia Naturaleza? :)

No tiene muchos nutrientes y más que como abono hay que considerarlo como una enmienda del suelo porque aporta mucha materia orgánica.
No tiene misterio alguno el hacer un compost de hojas. Simplemente se recogen y se van acumulando en el lugar que se les ha asignado.
Hay que hacerlo por capas e ir mojándolas con la manguera. Las hojas secas sería muy difícil que se compostaran. La humedad ayudará a acelerar el proceso.


Así pues tomaremos una cantidad de hojas y formaremos una capa...mojamos...otra capa de hojas...mojamos y así hasta terminar el material del que disponemos.

Al finalizar una capa de plástico de una bolsa de jardín por ejemplo puesta por encima servirá para acelerar en algo el proceso.
Hay que tener en cuenta que estas hojas mojadas en poco tiempo tenderán a comprimirse evitando así que el aire penetre entre ellas. Es importante remover el montón de hojas una vez cada quince días o al menos de vez en cuando.

Más vale prevenir que curar!! Puede ser el momento de un fungicida como el azufre sobre nuestros rosales

Ya estamos en enero!! Dependiendo del jardín y de las enfermedades y plagas que se hayan producido durante la temporada anterior quizás nos planteemos la necesidad de tomar alguna medida preventiva.
Hoy era buen día para que mi ayudante en el jardín aplicara azufre a los rosales...
A estas alturas del año ya habremos hecho dos aplicaciones de aceite insecticida (en mi caso mezclado con un producto cúprico fungicida). Exactamente la segunda la hice a primeros del mes pasado así que ya han pasado más de treinta días. Es el tiempo mínimo que debe transcurrir entre una aplicación de aceite insecticida y la aplicación del azufre. El mismo tiempo que deberemos dejar que pase hasta hacer la última aplicación de aceite.
Pero no nos repetiremos hoy. En su momento publicamos un artículos sobre tratamientos preventivos de invierno para los rosales y en concreto sobre fungicidas de contacto como el cobre y el azufre. En él tratábamos los modos, tiempos, productos, inconvenientes y ventajas de ellos.
Hace frío...sí. El jardín a partir del mediodía cuando los rayos del sol dejan definitivamente de calentar, deja de ser acogedor. Trastear con agua para fregar tiestos o limpiar instalaciones  te deja tiritando!! jejeje Sí, hace frío y en casa, la lumbre de una chimenea es mucho más acogedora que los pocos grados que reinan en el jardín a última hora de la tarde. A pesar de todo, si pensamos que nuestra rosas están ahí, muchas durmiendo ya o a punto de hacerlo, si pensamos que preparar unas cuantas  mochilas con los productos que necesitan ahora les evitará plagas y enfermedades cuando vuelva a calentar el sol y las yemas comiencen a estallar... quizás recordando eso, es más fácil vencer la pereza!! Mira que cuesta ponerse en marcha a veces. Verdad? :)


Tutorial: Pomazón, cojinete, guantelino, cojín o almohadilla de dorador. Cómo hacerlo paso a paso

Son muchos los nombres por los que se conoce (guantelino, cojinete, cojín de dorador...) aunque pomazón y almohadilla de dorador son los más...