Abonos orgánicos para los rosales vs. fertilizantes químicos

El otro día, en el artículo "Fertilizar o abonar nuestros rosales. Nociones generales" hablábamos en general de esta cuestión tan importante para la salud de nuestras plantas.
Quizás es preferible centrarse hoy en los abonos orgánicos o naturales comparando sus características con los abonos químicos y dejar para siguientes artículos el tratamiento de las distintas formas de aplicación de estos abonos y el ver con más detenimiento y de forma individual y concreta algunos de estos fertilizantes como la harina de huesos, el extracto de algas, la harina de pescado, etc… Son muchas los productos, formas de aplicación, momentos, etc y probablemente se haría demasiado extenso este artículo.
Aclaremos términos.

Se produce entre nosotros, los aficionados a la jardinería, una gran confusión en este tema de los fertilizantes. El mercado nos ofrece infinidad de productos que pueden ser espolvoreados, agregados, pulverizados, regados…productos en una gran diversidad de formatos, polvo, pellets, gránulos, líquidos… se nos habla de acondicionadores del suelo, de mantillos, de enmiendas, de nutrientes. Todos ellos son fertilizantes?
Cuando hablamos de fertilizantes estamos refiriéndonos a un material que agregamos al medio próximo dónde crece una plata, que le afectará directamente proporcionándole nutrientes específicos. Nos referimos a productos que garantizan la presencia de los porcentajes de los nutrientes de los que informan en su etiqueta (NPK).
Hay  que aclarar pues que, aunque estos abonos orgánicos sobre los que tratamos en este artículo aportan indudablemente materia orgánica al suelo, no hay que confundirlos con lo que entendemos como “enmiendas del suelo”. El compost, el estiércol bien curado, las hojas trituradas, los recortes del césped, la madera de las podas pasadas por la trituradora…serían ejemplos de enmiendas. El aporte de ellos sería en cantidades muy superiores a las que hacemos de los compuestos orgánicos que estamos tratando hoy.



Las enmiendas. Cuando lo que agregamos al suelo son materiales que mezclados con él favorecen indirectamente el crecimiento de la planta mediante la mejora de la estructura del suelo, su textura, la retención de agua, la actividad microbiana, no estamos hablando exactamente de fertilizantes aunque en su composición, indudablemente, tengan nutrientes.

Los acolchados, mulching, coberturas del suelo…pueden ser materiales orgánicos o inorgánicos que se colocan sobre la superficie del suelo que ayudan en la lucha contra las malas hierbas, favorecen la conservación de la humedad del suelo y, a la larga, en algunos casos, añaden materia orgánica a medida que se descomponen en este suelo (compost, mantillo, estiércol, etc.)
Para ser rigurosos (aunque por comodidad y costumbre no lo somos) deberíamos tener claro que las plantas fabrican sus propios alimentos que son los azúcares e hidratos de carbono mediante la utilización del agua, el dióxido de carbono. En cambio seguimos diciendo que aportamos “alimentos” a las plantas. Al aportar fertilizantes al suelo, estamos añadiendo productos para complementar los que en el suelo suele haber de modo natural y que las plantas utiliarán para fabricar su propio alimento.
Dicho esto, como generalmente hablamos de forma coloquial y tendemos a ser seres de costumbre, seguiremos usando la misma expresión pero es bueno tener claras las cosas. Verdad?  J
Los abonos orgánicos o naturales son sustancias que aplicadas al suelo, modifican su estructura e  incrementan su fertilidad aportando los nutrientes que las plantas precisan. Los hay tanto de origen vegetal como animal. Y su aportación de alimentos de los rosales no es inmediata si no que precisa de la intervención de microorganismos del suelo que son los que los “elaboran” poniendo a disposición del rosal los nutrientes presentes en ellos. Su actuación es por ello de liberación lenta, no inmediata.
Los abonos químicos por el contrario están fabricados por el hombre y se trata de formulaciones o compuestos que proporcionan (generalmente) de una manera inmediata alimento a los rosales y también en mayor proporción en macronutrientes que los abonos orgánicos.
Los rosales distinguen entre los unos y los otros?
Está claro que no. A un rosal le da igual que el nutriente que precisa esté puesto en el suelo en forma de abono orgánico o químico. Pero claro, esto siendo verdad, no es una verdad completa. Veamos el asunto con algo más de detalle.
Veíamos en el artículo anterior sobre fertilizantes que los rosales precisan principalmente de tres macronutrientes, nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Las proporciones que un abono contiene de estos elementos están indicadas en las etiquetas de los envases y están indicados siempre en el mismo orden.
Lo ideal es proporcionar a los rosales un fertilizante equilibrado, que contenga al menos estos tres macronutrientes y a ser posible algo de los nutrientes secundarios (Calcio, magnesio y azufre). Si tiene además algún micronutriente (o elementos traza) como boro, zinc, hierro, etc Miel sobre hojuelas!! Evidentemente no todas las plantas precisan de las mismas proporciones de cada uno de estos elementos. En concreto para los rosales parece ser que una mezcla equilibrada sería tendría el siguiente porcentaje de macronutrientes NPK 6-12-6. Es decir, 6% de nitrógeno, 12 % de fósforo y 6 % de potasio. Es decir, una proporción entre PNK de 1:2:1
La aportación de todos este alimento necesario para que nuestros rosales crezcan felices podemos hacerlo usando un tipo u otro de fertilizantes, orgánicos o químicos. Cada uno tiene sus ventajas y también sus inconvenientes.
A nosotros, como jardineros, nos corresponde valorar los pros y los contras del uso de ellos y en última instancia decidirnos por usar un tipo u otro. J
El uso de fertilizantes orgánicos sale con ventaja si lo comparamos con los fertilizantes químicos en varios aspectos. Pero para ser justos también deberíamos mencionar algunos aspectos en los que pudiera tener algún inconveniente o desventaja. De esto queremos tratar en este post de hoy.


Modo de actuación: liberación lenta o rápida.
Si tienen una ventaja clara los fertilizantes orgánicos con relación a los químicos es precisamente su modo de actuación. Los abonos orgánicos se liberan lentamente durante un período largo de tiempo, permaneciendo en él más tiempo que los abonos químicos. Pero hay que decir que su efectividad dependen de la actividad previa de los organismos presentes en el suelo que son los que “rompen” las moléculas de estos abonos liberando los nutrientes que contienen y solo entonces, tras la actividad de gusanos, bacterias y microorganismos del suelo, se presentan disponibles para que el rosal los use en su alimentación.
Aportar los abonos en cualquier momento no es eficaz. El suelo debe estar atemperado y húmedo para que los microorganismos actúen sobre estos materiales y hagan su trabajo sobre ellos de modo que pongan a disposición del rosal los nutrientes cuando la planta los precisa. Es por tanto importante hacer las aportaciones de los abonos orgánicos al inicio de la temporada, en el momento de la poda o muy poco después.
Serán mucho más eficaces si sobre ellos ponemos una capa generosa de mantillo o compost, incluso de estiércol bien maduro si no disponemos de compost. Esta capa es el material idóneo para crear bajo ella las condiciones de humedad y calidez adecuadas para facilitar la labor de insectos y microorganismos del suelo.
En todo caso, tengamos en cuenta que cuánto más altas sean las temperaturas más se acelerará la conversión de estos materiales en nutrientes disponibles para los rosales.
Es cierto que para algún jardinero con tendencia a lo “práctico” puede que los abonos orgánicos le parezcan de difícil control comparándolos con los químicos. Y en cierta medida tendrá razón. Los fertilizantes típicos de las bolitas azules sabemos que proporcionarán de modo casi instantáneo los macronutrientes necesarios a nuestros rosales. Son cómodos, la mezcla viene hecha sin que tengamos que preocuparnos en pesar ni en mezclar. Abrimos la bolsa, tomamos un buen puñado y esparcimos por el suelo bien regado previamente. En cuestión de muy poco tiempo los nutrientes estarán a disposición de los rosales.
Por el contrario aquellos que usamos abonos orgánicos debemos ser conscientes de que entre la aplicación de las sustancias y el momento en que los nutrientes están disponibles para los rosales debe pasar un tiempo. Y este tiempo dependerá de variables que son más difíciles de medir de forma exacta o cuando menos son menos controlables. Como dijimos arriba, el suelo debe estar húmedo, atemperado y las temperaturas externas no deben ser demasiado bajas. De lo contrario, los abonos orgánicos no serán “activados” ya que los microorganismos que los ponen a disposición de las plantas no actuarán en estas condiciones.
Pero sí, es cierto, si de lo que se trata es de un aporte rápido y concentrado de macronutrientes, sin duda los abonos orgánicos cumplirían mejor esta función. J
La experiencia de los jardineros que llevan años usando los fertilizantes naturales indica que un buen momento para su aplicación sería tras la poda.
Aprovechado este trabajo, con el suelo alrededor de los rosales retirado el acolchado y limpio de hojas y restos del trabajo de poda sería un momento estupendo agegar este tipo de abonos en su primera aplicación de la temporada (siempre que no se trate de rosales recién plantados y que aún no dieron su primera floración) Un riego en profundidad antes de su aplicación y una vez distribuido alrededor del arbusto los abonos requeriría un trabajo muy somero de la tierra que facilitará que se incorporen con mayor rapidez al suelo. Con un segundo riego y la colocación de la capa de compost encima como acolchado terminaríamos el trabajo de abonado.
Dosis de nutrientes en proporciones altas o bajas.
Los abonos orgánicos actúan lentamente, poniendo a disposición de los rosales los nutrientes en dosis bajas. Siendo por tanto bastante difícil quemar por sobredosis con ellos las raíces.

Pero de otra parte cuentan con otra ventaja adicional y es que no se filtran tan rápidamente hacia la parte inferior de suelo como les ocurre a los químicos permaneciendo a disposición de las raíces durante más tiempo.
La lixiviación puede ser un problema grave cuando usamos fertilizantes químicos, dejando la zona de raíces sin nutrientes en el mejor de los casos y acumulando sales en las zonas profundas del suelo en el peor. No hace falta mencionar también el peligro de contaminación de aguas subterráneas cuando esto ocurre.
Un suelo sano es la primera condición para el cultivo de rosales sanos.
No podemos pretender lograr tener un suelo rico, suelto, aireado, permeable, con estructura adecuada, con una buena retención de humedad y a la vez que drene correctamente evitando encharcamientos, con abundante presencia de lombrices y microorganismos que ayudan a aportar nutrientes a nuestras rosas si sólo aportamos abonos químicos.
Una estructura de suelo saludable y un pH correcto es tan importante como la aplicación de fertilizantes a la hora de prevenir deficiencias nutricionales y a la larga de enfermedades y plagas en las rosas.
El uso de fertilizantes orgánicos mejora la estructura del suelo cosa que no hacen los químicos. Los gusanos y microorganisos beneficiosos precisan de algún tipo de material orgánico para nutrirse y mantenerse sanos y para ello es necesario hacer aportaciones constantes de enmiendas y de abonos orgánicos (o químicos, si es que estamos dispuestos a usarlos).
Los abonos orgánicos no solo nutren los rosales, también nutren el suelo, lo mejoran, aportan materia orgánica y modifican su estructura. Y ello porque en sí mismos constituyen materia orgánica. Sustancias absolutamente necesarias para que el suelo permanezca vivo, lleno de microorganismos que facilitarán que los rosales puedan disponer de los nutrientes presentes en el suelo muchas veces pero en condiciones que no les permiten absorberlos.
El medio ideal  para el cultivo de los rosales es un suelo cuidado, enriquecido y con las enmiendas necesarias. Se trata de un suelo esponjoso, que precisa menos riego porque retiene mejor la humedad; dónde las raíces crecen con facilidad porque es un suelo sin compactaciones. Es un suelo desmenuzable, relativamente oscuro en color, olor a tierra, lleno de microorganismos y lombrices de tierra, un suelo con muchos nutrientes y un pH entre 6,5 y 7,5. Jejeje Este sería el paraíso para crecer casi cualquier planta, no solo los rosales J
Añadir abonos naturales y enmiendas como compost o estiércol bien maduro regularmente hace que nuestro suelo presente una textura esponjosa, con espacios entre sus partículas suficientes para albergar aire y agua de fácil acceso para las raíces.

El aporte puntual y comedido de los abonos químicos no es que sea radicalmente negativo pero pretender cultivar de forma saludable los rosales en un suelo sin nutrir orgánicamente nunca, sin aportarle materia orgánica ni nutrientes para la microfauna… es bastante complicado!! El uso exclusivo y constante de este tipo de fertilizantes provoca que  a la larga se pierda la materia orgánica y que decrezcan los organismos vivos tan importantes para construir un suelo de calidad. En este proceso el suelo va perdiendo su capacidad para retener el agua y al aplicar estos fertilizantes químicos cada vez más cantidad se lixiviará filtrándose a través del suelo hacia las capas profundas dónde las raíces del rosal ya no tendrán acceso a ellos.

Un asunto que no puede esperar y una responsabilidad de todos: la preservación del medio ambiente.
El proceso para la fabricación de los fertilizantes químicos depende del uso de energías no renovables.
Sin embargo no nos engañemos, las normas legales que en cada país hay para distinguir los fertilizantes orgánicos de los químicos son a veces complejas por lo que no siempre se puede estar seguro que cuando adquirimos una mezcla con la etiqueta de “orgánico” realmente podemos estar seguros de que todos sus componentes son orgánicos. Aquellos preparados que son ofrecidas como mezcla de abonos orgánicos con porcentajes NPK superiores a 15 podrían ser sospechosas de contener en su composición productos que no son orgánicos ya que sabemos que los fertilizantes naturales rara vez ofrecen porcentajes altos de macronutrientes.
Un abono es equilibrado si cuenta con la proporción de nutrientes que los rosales precisan.
En sí mismos y por separado muchos de los fertilizantes orgánicos a nivel de nutrición no son equilibrados. Expliquemos esto. Es decir, sus aportaciones de los tres macronutrientes, Nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (N) son de lo más variables y a veces descompensadas como constituir de ellos de forma única un abono completo que sacie las necesidades nutricionales totales de los rosales. De hecho los preparados orgánicos a la venta son mezcla de varios de estos materiales precisamente para que “el conjunto” contenga proporciones de los tres elementos.
En este sentido, indudablemente, los abonos orgánicos no presentan la facilidad y rapidez de manipulación que tiene los productos químicos cuyas mezclan vienen ya preparadas listas para su uso.
A pesar de ello, podemos conformar nosotros mismos un “abono más equilibrado y específico” sumando la acción de varios fertilizantes naturales elaborando “recetas” que le den a nuestros rosales lo que consideramos que precisan en cada momento y logrando preparados bastante equilibrados que cuenten con todos los nutrientes necesarios.
Y lo que es una desventaja en principio puede convertirse en lo contrario si pensamos que en cada momento de la temporada, en los que los rosales van precisando más de unos macronutrientes (también de nutrientes secundarios y elementos traza) que de otros, tener la posibilidad de aportar al suelo aquella sustancia que en un momento dado sabemos que precisará la planta a la larga es un sistema de abonado mucho más específico y adaptado a las necesidades de nuestros rosales.
En el siguiente artículo podemos ver qué elemento nutricional aporta en mayor proporción algunos de estos abonos orgánicos y comprobaremos como con la suma de varios podemos lograr formulas bastante compensadas.
Un asunto que no carece de importancia: el económico.
Como todo, esto también es relativo porque si bien es verdad que los abonos orgánicos son bastante más caros que los químicos también deberíamos pensar que éstos permanecen mucho más tiempo en el suelo liberando sus nutrientes y que a la larga nos ahorran problemas de salud si comparamos con un uso exclusivo de abonos químicos.
Este uso exclusivo de fertilizantes químicos conlleva una serie de problemas de salud del suelo y de las plantas cuya resolución pasa por la aplicación de ciertas técnicas jardineras y aportaciones de otros productos que no son precisamente gratis o al menos llevan tiempo y trabajo realizarlos. Esto también hay que valorarlo en favor de los abonos naturales.
En otros países llevan años usando estos productos y su conocimiento está mucho más extendido que en nuestro país. Sin duda España, desgraciadamente, no es un país donde el uso de fertilizantes naturales sea generalizado. Ello hace que al no haber una demanda excesiva tampoco haya una oferta de parte de viveros y establecimientos del ramo dónde sea fácil su adquisición. Y cuando están a la venta tienen a veces precios prohibitivos.
En esto, como en otros aspecto de la jardinería, imagino que el tiempo, la información creciente que vamos teniendo los jardineros, nuestra concienciación con relación al medio ambiente y la necesidad de preservar la naturaleza…hará que nuestras prácticas vayan cambiando y ello a su vez producirá un cambio en la oferta que los establecimientos pondrán a nuestra disposición. Soy optimista en este sentido y creo que en la medida en que la demanda vaya incrementándose, también habrá más competencia entre los vendedores lo que redundará en beneficio del precio que deberemos pagar por ellos y la facilidad para su adquisición.
No obstante decir que algunas enmiendas y abonos orgánicos, igual que algunas variedades de plantas que no las encontramos aquí en España, están disponibles en páginas web especializadas y aunque es cierto que hay que pagar algunos euros en portes, si pedimos cantidades que no nos obligue a hacer pedidos frecuentes, no sale excesivamente caro.
Incluso pienso que sería buena idea intentar ponernos de acuerdo varios jardineros para hacer pedidos conjuntos que abarataran los portes. Yo estoy estaría encantada de ponerme de acuerdo con algunos de vosotros cuando tenga que hacer un pedido de alguno de ellos.
Ya no solo por el bien que hacemos a la naturaleza al reciclar la materia orgánica, si no por nuestro propio bolsillo, deberíamos concienciarnos de las bondades de hacer nuestro propio compost.
En el otro artículo comenté el hecho de que esta temporada pasada he logrado obtener un metro cúbico muy largo de un maravilloso compost que me ha dado de sobra para acolchar todos los rosales y aún tengo para algunos bancales de mi pequeño huerto. Y ya tengo lista la otra compostera en la que probablemente para otoño tenga una cantidad semejante.
Esta primavera/verano trataré de reunir los materiales precisos para poder “producir” dos composteras completas cada año.
Es cuestión de estar un poco al tanto. Césped de los jardines de vecinos que no lo usan; serrín de aserraderos si tenemos seguridad de que no son maderas tratadas; los restos de nuestras propias podas pasadas por la trituradora; los posos del café que podemos pedir que nos reserven en bares o cafeterías (yo lo hago y no os imagináis la de bolsas que te dan!!); la adquisición de una bala de paja que nos pueda cobrar gente que se dedica a cuidar ganado los que vivimos en el mundo rural y nos resulta fácil dirigirnos a ellos; pedir los restos de la fruta y verdura estropeada en los puestos de verdulería del mercado; los restos de nuestra propia huerta cuando la desmontamos al finalizar la estación; el cartón y papel sin tinta que usamos nosotros o nos den amigos y familiares; la ceniza de nuestra propia chimenea (o una vez más la de amigos y vecinos. Qué majos ellos!! :P   ); el estiércol que gustosamente y sin cobrarte a veces nada te permiten coger los lugares de cuidado de caballos; un paseíto por el bosque con algunas bolsas de jardín en la mano para recoger hojas secas en otoño además de hacer algo de ejercicio nos posibilita traernos un buen material para nuestras composteras :P; incluso los jerséis viejos de pura lana troceados previamente, claro…
En fin, sí, está claro que hacerse de un modo gratuito con cierta cantidad de algunos materiales orgánicos para hacer el compost es algo que requiere algo más de trabajo que ir a una gran superficie y comprar unas bolsas de fertilizante de bolitas azules. Sin duda!! Pero no siempre lo más cómodo es lo mejor para el medio ambiente y para la salud de nuestras plantas.
Dejemos constancia aquí también de un grave problema que a todos nos afecta: la contaminación de las aguas y del aire con emisiones de nitratos que a su vez puede perjudicar la vida del hombre y la de los animales y la del medio acuático. Mucho tiene que ver con el uso masivo de los fertilizantes químicos!!
No hay duda de que las emisiones de la atmósfera de nitratos es superior con creces de parte de los abonos químicos. Para la elaboración de los orgánicos se reciclan materiales orgánicos y por tanto son mucho menos contaminantes para el medio ambiente siendo su impacto mucho menor que el de los químicos salvo que se utilicen en cantidades muy masivas y concentradas.
Los abonos orgánicos por muy beneficiosos que sean para el suelo no son inocuos.
Queremos por último, advertir sobre un hecho que quizás es obvio pero que en ocasiones pudiera no caerse en la cuenta de él. Estas sustancias son naturales, estupendas para nuestro suelo y beneficiarán enormemente a nuestras rosas pero no por ello debemos descuidar nuestra propia salud y seguridad a la hora de su manipulación.
Su manejo precisa del uso de guantes y mejor aún con mascarilla, y al igual que cualquier otra sustancia no conviene inhalarlas, ingerirlas o mantenerlas al lado de niños y mascotas.

Más no siempre es mejor!!
También, al igual que como con cualquier otro producto, conviene siempre leer muy bien las instrucciones del fabricante y ceñirse a las dosificaciones que indiquen en sus etiquetas.
Por último, aconsejar que antes de cualquier aplicación de estos productos, sean orgánicos o químicos, deberíamos saber, aunque no contemos con un análisis profesional de nuestro suelo, al menos sí qué tipo de suelo tenemos en nuestro jardín y por supuesto medir su pH. Esta información es imprescindible para tener al menos una idea de en qué "dirección" debemos hacer las rectificaciones o aportaciones a nuestros suelos. El tipo de suelo y su acidez o alcalinidad determinarán sus necesidades en buena medida.
Me gustaría tratar en próximos artículos de manera algo más detallada las características de algunos de estos abonos orgánicos, sus aportaciones en lo que hace a porcentaje de nutrientes concretos, los modos y momentos de aplicación que parece que convienen más, incluso alguna “receta” con cantidades de las que resulta una mezcla bastante equilibrada de nutrientes. Espero que este tema siga siendo de vuestro interés y os invito a leer los próximos post en preparación.
De nuevo muchísimas gracias por vuestras visitas a este blog, por los muchísimos correos con palabras amables que recibo, por las consultas que en ellos me hacéis a pesar de que para responder algunas no estoy en disposición del tiempo que requerirían,…porque eso en definitiva es lo que le da sentido a un blog, saber que tras tus líneas hay lectores a los que le interesa lo que escribes.
Un saludo amigos y feliz fin de semana!!

Reproducción de rosas mediante esquejes en una botella (III)

Hace unas semanas trasladé de lugar este rosal. Se trata de Rosa 'Charles Austin' Un rosal precioso. De tonos amarillentos en primavera y más en la gama de los albaricoques en las rosas de otoño. Me encanta este rosal!! La forma de su flor, los tonos y su aroma. El ejemplar que tengo plantado en mi jardín ha crecido demasiado erecto. Más parece un arbustivo alto que un trepador. La ubicación que le di requería de un trepador y así esperaba que creciera pero no lo ha hecho. Más bien ha empezado a adoptar la forma de un arbustivo alto. Es posible que con el tiempo pudiera conducirse como un trepador pero en todo caso las ramas presentan demasiada rigidez como para conducirlo sobre la barandilla de metal que bordea la terraza delantera de la casa y creo que será mejor cultivarlo con espacio alrededor, sin forzar sus ramas, y permitir que se convierta en un gran arbusto porque le veo toda la pinta de ir camino de eso.
Quise introducir en mi último pedido de rosales a raíz desnuda un ejemplar más para regalárselo a una amiga pero me fue imposible. Busqué en varios viveros y no lo encontré. Ni siquiera lo he visto en el catálogo de David Austin ni en su página. La cuestión es que creo que es una variedad que no es fácil de encontrar ya no quisiera quedarme sin esta variedad si algo le pasara al ejemplar que trasladé de ubicación.
Esta es la razon por la que hoy he puesto esta estaca a enraizar. La rigidez de sus ramas no permiten doblarlas hasta el suelo e intentar un acodo simple así que cualquiera de estos días haré sobre una de ellas un acodo aéreo para asegurarme la reproducción de este rosal.
De momento hoy, que voy con prisas, nos quedamos con el esqueje.
Veamos, este es el sencillo y rápido método que he seguido. Ya sabéis que sistemas para enraizar esquejes de rosal hay muchos y yo creo que más depende de la facilidad que cada variedad tiene para echar raíces que de otra cosa.
 
Digo esto porque hace unos meses puse con mi amiga Maite ocho esquejes (tres de Rosa 'Iceberg' Cl. y cinco de Rosa 'The Fairy') y los ocho al menos de momento han prosperado. Están brotando con fuerza, presentan hojas sanas y salvo algún percance que los estropee pienso que pronto estarán para trasplantarlos a una maceta más grande y que pasen esta temporada protegidos del sol del mediodía y al final del otoño quizás los ponga ya en tierra en su lugar definitivo. Un cien por cien de acierto sin cuidado alguno, sin protección, ni bolsas, ni botellas, ni calor... nada!! Sencillamente una tierra permeable y que retenía la humedad, algo de humus de lombriz y clavar las estacas. A la sombra de una mimosa, eso sí, sin sol alguno.
Estoy probando este sistema porque vamos de cara a que aumenten las temperaturas y quizás mantener con cierto grado de humedad el esqueje facilitará su arraigo. Veamos este sistema qué tal funciona con esta variedad.
Material utilizado:
Dos botellas de refresco vacías y limpias
Tijeras de cocina
Podadora
Hormonas de enraizamiento en polvo
Sustrato esponjoso, con buen drenaje y que retenga la humedad (uno de esquejes vale)
Y la estaca de rosal, claro!! jejeje
Se tarda más en explicar que en hacer jajaja Tan fácil como lo que sigue ha sido el sistema que he usado:
La primera botella (que servirá de contenedor) le he eliminado su tercio superior con unas tijeras.
El plástico de este tipo de envases es a veces muy quebradizo y he preferido no arriesgar clavándole un objeto punzante, así que he puesto a calentar al fuego la punta de un pinchito que tenía viejo.
El calor me ha permitido practicarle sin dificultad alguna tres orificios para que drenara el agua del sustrato.
He llenado la botella casi hasta arriba con sustrato y lo he regado. He esperado a que drenara un poco el agua.
Mientras he eliminado el tercio superior del esqueje y he puesto en su extremo inferior polvos de enraizar eliminado el sobrante.
A continuación con un palito he abierto un orificio de la profundidad que preveía iba a estar el esqueje con la idea de que al penetrar en tierra no dañara sus yemas laterales.
He hundido en el sustrato las tres o cuatro yemas inferiores del esqueje.
Delicadamente he asentado la tierra alrededor del esqueje para cerrar el orificio de entrada.
Acto seguido he cortado la segunda botella eliminando un trozo de la parte inferior. En el lateral he pegado un corte de varios centímetros con las tijeras con la idea de agrandar su perímetro y que luego me sirviera como "tapa" de la otra botella dónde tenía el esqueje plantado.
Esta abertura ha facilitado que pudiera meterla sobre la de abajo quedando el conjunto bien cerrado.
Esta segunda botella recortada me ha servido de tapa de la primera.
La superficie de contacto de ambas botellas, como se ve, es de varios centímetros lo que asegura bastante que no haya fugas de humedad. Yo no he puesto cinta adhesiva alguna para soldar esta unión pero vamos, se podría poner, sí.
El tapón me servirá para destapar de vez en cuando el recipiente y que se ventile si veo que hay excesiva condensación en el interior e incluso, llegado el caso introducir algo de agua en el caso de que  el sustrato se seque en exceso.
Eso es todo. Ahora a esperar a la sombrita un tiempo (con buena luz pero sin sol directo), seguramente si llega a echar raíces se verán a través del plástico y podré saber cuándo tiene las suficientes para retirarle la parte superior e incluso trasladar el esqueje enraizado a un contenedor más adecuado.


Un paseo para ver los enebros (Juniperus oxycedrus) que hoy lucen preciosos

Hoy no me apetecía escribir sobre aspectos botánicos de los enebros. Hoy me apetecía tan solo hacer un paseo por el jardín para enseñaros estos preciosos árboles y mostraros su belleza que para mí resplandece y cuya contemplación me emociona en este momento del año cuando la humedad del invierno aún no se fue y los calores del verano queda todavía lejos.

Instalación de valla y portón en la entrada del huerto

Hemos decidido cerrar el huerto con una bonita valla y un portón. Iker, nuestro perro nos deja "regalitos" diseminados por todo el jardín y ahora ya, últimamente también los deja en el huerto. No me hace ni chispa de gracia limpiarlos de encima de los arbustos, porque él no puede hacerlo como todos los perros, en el suelo. No! Él tiene que encaramarse hasta lograr dejarte el regalo sobre los arbustos. En fin, manías de cada perro...Y malo es sobre las plantas del jardín pero he observado que ya también pretende extender su área de "acción" al huerto. Y la verdad, no. Eso ya me repugna de tal manera que sería incapaz de comerme nada sin saber qué habrá hecho Iker :)


Para que las hortalizas queden "a salvo" de él hemos pensando que sería buena cosa acotar sus paseos en esta zona. Y ya de paso ponemos en el jardín central un nuevo punto de interés que una vez tenga las plantaciones hechas y crecidas pienso que quedará preciosa esta entrada al huerto. Qué animosa soy!! jajajajja :P 
El huerto tiene otra entrada, desde la rampa de acceso del coche dónde pusimos una celosías para cultivar manzanos en espaldera sobre ellas y ahí habrá otra puerta igual a la que hemos puesto aquí.
Las medidas, ubicación de los elementos y el diseño con todo detalle ha sido el producto de horas de conversación por chat con mi amiga Claudia. Qué divertido!! Construir el diseño de esta zona con Claudia, con su buen gusto y su mejor sentido común. A veces avanzábamos en la ejecución pero surgía una duda, un pequeño problema. Cuando la gente quiere compartir, Internet te brinda la oportunidad de hacerlo. Las diferencias horarias (ella vive en Argentina) hacía necesario a veces "dejar" en la pantalla del chat, croquis, fotos del estado del proyecto en un momento concreto, comentarios, preguntas. Por la mañana me encontraba la opinión, el comentario o la idea de solución que mi buena amiga me ofrecía. Qué lujo!!!
Desde aquí quiero agradecer una vez más sus consejos, el tiempo ofrecido generosamente, sus ideas...Un abrazo Claudita!! ;)
Este trabajo lo hemos afrontado a la par del vallado del perímetro del garaje y si bien Claudia y yo no queríamos elegir un diseño radicalmente distinto ni en cuánto forma ni en cuánto a materiales, sí pretendimos "cortar" un poco la continuidad y que esta valla y portón en el lateral del garaje dónde se ubica el huerto se convirtiera en otro foco de interés cuando se cruza la mitad del jardín desde arriba a través de la escalera cuya barandilla instalamos hace también muy poco tiempo.

La valla que rodea el garaje está formada por postes verticales de un metro de alto y de poste a poste un pasamanos y un larguero. Para el huerto hemos decidido poner tres largueros que a la vez que impedirán la entrada de Iker, también supondrá romper un poco el diseño que visualmente se prolonga desde la fachada frontal del garaje. Digamos que esta valla y la pérgola hacen chaflán en lugar de continuar en línea recta la valla que bordea el garaje.

Así hemos hecho la instalación de este trabajo: Una vez decidido el diseño de la valla y antes de empezar a cavar los hoyos que alojarían los cimientos para instalar los postes verticales, quise asegurarme de que me gustaba la forma que tendría la valla así que mediante la manguera y listones de madera tracé el contorno de lo que luego sería la valla, así me pude hacer una ligera idea del resultado final.

La ejecución de este trabajo en madera para nosotros, que no somos profesionales si no simples aficionados, suponía dos problemas:
Uno, que el terreno presenta un gran desnivel. Esto obligaba a decidirse. Si hacíamos toda la valla de la misma altura, el tramo a la derecha del portón quedaría como hundido cuando se viera de frente. Así que al final después de darle muchas vueltas y de comentar largo y tendido hice un croquis y Claudia y yo lo vimos claro, la valla debía tener la misma altura desde en todo su largo. Esto obligaría a clavar postes más largos en su tramo derecho y a poner un larguero horizontal más. Creo que ha sido buena solución estéticamente.

El segundo problema era instalar los cuatro postes que constituirían la pequeña pérgola sobre el portón "en el aire" es decir, sin tener dónde apoyarse.
El año pasado ya habíamos hecho otro arco parecido en la esquina de la fuente de piedra de la entrada al jardín Pero en aquel caso teníamos las dos pequeños muretes de piedra y la propia fachada de la casa sobre los que era mucho más fácil sostener la estructura de madera en tanto se secaba el cemento
En este caso no había nada dónde apoyarse. Instalar cada poste por separado no hubiera dado un buen resultado. Si queríamos que los cuatro quedaran perfectamente paralelos y nivelados debíamos "coserlos" con listones entre ellos formando así una "estructura" que podríamos manipular de una sola vez.

Se trata de un espacio abierto dónde el viento cuando sopla puede hacerlo fuerte así que era necesario que el anclaje de todos los postes fuera perfectamente sólido pero mucho más si cave los postes de la pérgola.
No hemos escatimado en las dimensiones del hueco para la cimentación. Además del trozo de madera que se hunde en la tierra hemos prolongado clavándole en el extremo de los postes bastantes varillas que harán mucho más sólida la instalación.


Situar la "estructura" de la pérgola en los cuatro hoyos y poner un poco de cemento fue lo siguiente. A continuación nivelar de forma perfecta esta estructura era fundamental antes de terminar de rellenar los huecos de cimentación. Cualquier fallo o error en este sentido luego no tendría arreglo así que hemos ido comprobando en todo momento la nivelación en los dos sentidos, horizontal y vertical.

Agregar piedras en medio del cemento y compactarlo bien con una estaca ha dado más solidez aún a esta cimentación.


Por último, hemos tenido en cuenta que el paso de este arco es un camino y por tanto no podía verse el cemento de los cimientos. La solución ha sido no terminar de llenar los huecos del todo si no dejar el cemento a unos  pocos centímetros del suelo y este pequeño desnivel lo taparíamos luego con tierra ocultando totalmente el cemento y dejando solo a la vista los postes verticales. 

Una vez seguros totalmente de que la estructura estaba perfectamente nivelada teníamos que dejar secar unos días el cemento antes de poder manipular de ninguna forma la pérgola. Así que la parte superior de la pérgola tendría que dejarse para el final, una vez bien seco todo para poder clavar y apoyarse en los postes verticales sin que se moviera nada.

Situados ya en su sitio los demás postes verticales, lo siguiente sería instalar los largueros ciñéndonos al diseño que habíamos trazado Claudia y yo. Medidas, comprobaciones, nivelaciones antes de empezar a clavar, está claro!!



Ayer hicimos la puerta. Está constituída por largueros del mismo material de la valla (9 cm x 200 cm) unidos por una "z" también con el mismo material. 
Claudia estaba de acuerdo conmigo, no se trataba de hacer nada ostentoso. Más bien algo sencillo y rústico que sirviera para el final que estábamos haciendo aquel trabajo pero que a la vez fuera en la misma línea del jardín. Que no desentonara... así que una puerta tipo tranquera parecía buena solución.
Una puerta de un metro de alta por 110 cm de ancha pesa. Se necesitan unas buenas bisagras para que con el tiempo la puerta no termine por descolgarse.
Pensé en encargar a un herrero los herrajes pero finalmente, anoche bajamos al pueblo y dio la casualidad de que en una de sus ferreterías encontramos estos a bastante buen precio. Son sólidos y bonitos. Verdad?

Una manita de lasur (aunque la madera que hemos comprado para este proyecto está toda tratada para exterior) no le vendrá mal :)
Bueno, pues con la instalación del pequeño pestillo otro trabajo que hemos terminado!! :D

Estoy contenta. Creo que a Claudia y a mí nos ha quedado bien... :)
Ahora resta embellecerla. Ya hay un rosal plantado en la esquina del garaje que cubrirá esa pequeña pared y la zona sobre la puerta de entrada. Quizás otro plantado a la derecha del portón que trepe por el arco... Sí!!! Ya casi lo veo. Derramando cientos de flores sobre esa zona. Quizás un par de bonitos macetones de barro a ambos lados del portón? jajajaja Ay mon dieu!! No termino una cosa y ya estoy en la siguiente...soy así :)
Dónde con seguridad habrá que poner internamente una malla con agujeros muy grandes será en la parte baja de la izquierda. Ahí seguro. Ahora vamos a esperar a ver qué tal reacciona Iker. Si veo que se mete o intenta saltar por entre los largueros...No lo creo, pienso que va a entender rápido que por ahí no debe pasar. Y si vemos que no, pues una metro de malla forrada de plástico verde para que sea lo menos visible solucionará el problema...






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