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Un abonado con fertilizante orgánico a las hortalizas de los bancales del huerto

Ayer fue un día de "puesta al día" del huerto. Suelo hacerlo un día por semana y ahora, en plena temporada no podemos perderlo de vista.

Las hortalizas están creciendo mucho y sobretodo las tomateras no conviene que se nos desmadren. Eliminar los chupones nos ayudará a guiarlas mejor verticalmente. Además, al tener menos hojas las matas estarán más aireadas.
Igualmente hay que ir atando a los tutores el crecimiento según va produciéndose.
Una limpieza a fondo de cualquier hoja seca, con signos de plagas o enfermedad es imprescindible para mantener una buena higiene en los bancales.

Igualmente se eliminaron las malas hierbas que crecen entre las distintas hortalizas para que no les resten energía ni ayuden a favorecer las plagas.
Tomates, pimientos, berenjenas, cebollas...todo está en pleno crecimiento y precisa de nutrientes. Aunque el suelo se preparó muy bien antes de comenzar la temporada y se le aportó mucha materia orgánica en forma de estiércol y se removió superficialmente, el crecimiento de las hortalizas va gastando los nutrientes y se hace preciso aportar elementos que en este momento del año precisan para que tengan un desarrollo correcto.
No es el momento de poner fertilizantes que tengan mucho nitrógeno porque no nos interesa que produzcan muchas hojas y tallos si no que lo que buscamos es que florezcan, que cuajen los frutos y que engorden.

Ya sabéis que no uso químicos en mi huerto así que ayer tras una limpieza exhaustiva de todos los bancales eché un puñado de un buen fertilizante orgánico a cada mata.
Puse un abono orgánico de origen animal cuyos componentes procedentes del compostaje de restos de pescado. Se trata de un fertilizante con un aporte completo en cuanto a nutrientes aunque con una proporción NPK baja (2,5/3,5/2) y que contiene también bioestimulantes que aumentan la actividad vegetal.
Los abono orgánicos fomentan la actividad microbiana del suelo y este en concreto incorpora aminoácidos y vitaminas.
Es la primera vez que lo uso. Veremos los resultados. En todo caso la gran ventaja de los abonos orgánicos es que es prácticamente imposible que las plantaciones se "quemen" como puede ocurrir con un fertilizante químico.
Siempre es conveniente regar bien antes de abonar, así, luego, se distribuirá mejor el abono.

Una vez drenada el agua esparcí un puñado del abono alrededor de cada mata tratando de que el polvo no cayera sobre la base de los tallos.


A continuación un buen riego muy despacito, con la manguera con poca presión para que el abono se filtrara justo sobre las raíces.
Esperemos que estos nutrientes ayuden a tener una buena cosecha.


Demos a nuestras rosas un té de fertilizantes orgánicos (Abono líquido)

Ahora nuestras rosas están en pleno apogeo. Habéis pensado alguna vez cuánta energía puede gastar un rosal para "fabricar" una rosa? Aunque no tengo la respuesta, reconozco que sí lo he pensado muchas veces. Me pongo delante de un rosal y a veces me viene a la cabeza eso, la de nutrientes que deberán necesitar para hacer esas maravillas. Una ayudita en forma de un nutritivo pero suave té (abono líquido) les vendrá de lujo para seguir ofreciéndonos más y más rosas.
Los jardineros jóvenes que me lean quizás no sabrán de qué hablo pero los de mi generación (la de los sesenta) reconocerán algunas de las cosas que voy a comentar ahora y que guardo con cariño en mi memoria. Lo siento, antes de entrar en materia me apetece enrollarme un poco jajajaja :D Se siente!!
Mi madre, creo que para descansar un poco de mí, ajajjaja me largaba todo el verano al pueblo (Yo encantada!!) Allí vivía con mis abuelos, mis primos y mis tíos y en aquel lugar de Extremadura podía establecer una relación con el entorno que a mí me parecía mágica. Una casa que construyó mi abuelo con sus propias manos. Unas paredes de casi de un metro de anchas, de piedra por dentro, de cal por fuera. Ay!! qué fresquita era aquella casa en verano... :) y cuánto pensaba yo que sabían de plantas mi abuela y mi tía que mantenían aquellos macetones de aspidistras lustrosos como mis zapatos de charol!! Me paraba a mirar los bichos sobre la eterna mata de margaritas que había bajo la ventana de la salita, en el diminuto pero primoroso patio que había en un lateral de la casa. Me encantaba romper el corazón de las flores para mirar dentro y descubrir qué había. Qué curiosa he sido siempre!! Ummm cuánto tendrían que aprender algunos diseñadores de jardines de esa jardinería humilde pero que rezumaba amor por las plantas y que se basaba en el ensayo y error para ir aprendiendo!! 
Como digo, me relacionaba con la Naturaleza de una manera que era imposible establecer en la ciudad (Barcelona) dónde yo vivía de continuo. Recuerdo con especial ternura un verano, podría ser el de 1967/1668 en el que siendo yo chica, siete u ocho años a lo sumo y con las piernas más delgadas que la Olivia de Popeye, iba con mi mícal (un pequeño cernícalo) sobre el hombro o incluso sobre la cabeza y atada la pata con un cacho de cuerda que yo sostenía en mi mano para que no volara. Nunca llegó a picarme ni agredirme Y yo tan contenta!! No veas lo orgullosa que me sentía de tener aquel "juguete" tan original. Ahora que lo pienso no sé como no me daba corte ninguno andar por el pueblo con aquello sobre la cabeza!! :D

Debía ser un pollo y a fecha de hoy todavía no entiendo por qué no se escapaba incluso cuando le quitaba la cuerda. Para que no lo hiciera pensé que lo mejor era buscarle yo misma el sustento correteando por las eras de los alrededores del pueblo y de paso probar a ver si tenía la suerte de que me dejaran conducir aquel maravilloso artilugio que era el trillo. Cosa difícil porque mi abuelo y mis tíos no se equivocan pensando que no haría caso ninguno de sus consejos de ir despacio y azuzaba a las bestias hasta que me salía de la parva y dañaba las cuchillas de aquel maravillo artefacto bajo el que crujía el cereal de los haces puestos en el suelo y claro, luego ya no me dejaban conducir más. No me extraña!!
A la búsqueda de su alimento estaba dispuesta a ensartar en una caña de trigo seco unas cuantas langostas y alguna que otra chicharra o cualquier bicho que se encontrara y se dejara pescar y ofrecérselas al pequeño mícal que a todas luces disfrutaba con las "brochetas" y en un pis pas daba buena cuenta de ellas. Vivía aquella ave a cuerpo de Rey. Sí señor.
Cocinar aquella "brochetas" repugnantes jajaja me costaba horas de andar corriendo sin descanso tratando de cazar los insectos con un cacho de cartón en la mano y no veas lo difícil que era!!
A veces, deshidratada ya, entraba como una ráfaga en casa y casi me atragantaba bebiendo el agua que tomaba de la tinaja de barro que tenía mi abuela en una esquina del zaguán con el vaso que había sobre la tapa de madera que cerraba la boca del recipiente. Qué fresca y qué rica estaba!! Y nadie pensaba en microbios ni en contagios teniendo en cuenta que bebíamos todos del mismo vaso jajaja
Entonces salía rauda y veloz mi abuela (porque si no se daba prisa yo desaparecía como un rayo a retornar a mis quehaceres culinarios) y me agarraba por detrás asiento bien fuerte la ropa que llevara y entonces ya no había escapatoria!!
— Un caldito!! (Aquello no era una pregunta. Aquello era una orden directa y sin posibilidad de negociación)
— Que no!! Que no. Que hace mucho calor, abuela!!! — Gritaba tratándome de zafarme. Qué me lo creía yo que iba a escapar de aquella extremeña con la cabeza más dura que una piedra y una determinación y capacidad de trabajo que todavía me asombra!!
— Un caldito, sí. Que gastas muchas energías corriendo todo el día buscando bichos!! Hale...y te endilgaba una taza de porcelana (que siempre tenía un despostillón en el culo) y quisieras o no, tenías que tomarte aquel caldo que sólo las abuelas (y algunas madres de ahora) saben preparar. Que a mí, con aquellos calores y la impaciencia de mi búsqueda "insectívora" no veía la hora de terminarlo pero que reconozco que estaba hecho con la sabiduría de los fogones viejos, como se hacían los caldos entonces...a fuego lento y con los avíos de una matanza de carnes criadas sin piensos y con las bellotas de las preciosas dehesas extremeñas.
Pues eso digo yo a mis rosas ahora:
— Un té!! Para reponer fuerzas!! ;)


Bromas aparte... En este período en que las energías que están consumiendo en florecer los deja exhaustos, sería buena cosa que puedan reponer las energías gastadas. En suelos arenosos y dónde los nutrientes se lixivian con tanta facilidad como en el mío, no me parece mala idea aportarles este fertilizante líquido que repondrá algún nutriente que falte y facilitará el que los rosales reflorecientes tengan disponible entre sus raíces el alimento que precisan para producir las siguientes floraciones.
El año pasado fue la primera vez que sustituí el abono químico por una mezcla de orgánicos elaborada por mi y cuya receta compartí con vosotros en un artículo (Incluyo los vínculos abajo).
Esta mezcla de abonos orgánicos la apliqué también en seco en verano. Y puesto que he visto que los resultados fueron estupendos, he vuelto a repetir esta temporada.
Tras la poda, al inicio de la estación, he hecho de nuevo la aportación de esta mezcla de abonos orgánicos directamente sobre el suelo, en seco (en seco los ingredientes, no el suelo ya que he efectuado riego en profundidad antes y después de la aplicación!!)
No es cosa de volver a darles otra dosis. Sé que hay  jardineros que abonan cada mes. No digo que funcione mal, lo que os cuento es lo que yo hago y creo que me funciona bastante bien. Evidentemente hablo siempre de las variedades de los rosales que yo cultivo, en mi jardín, con el suelo concreto que yo tengo y con el clima de mi zona. Sé que repito esto hasta la saciedad. No me importa hacerme pesada. Lo que no quisiera es que se me entendiera nunca como que estoy dando "recetas" o consejos de aplicación general, en cualquier momento el año, sin tener en cuenta el tipo de jardín, de suelo o de rosal. En absoluto!! Tan solo cuento mi experiencia y si de algo puede valeros, yo estaré encantada de que os facilite en algunos casos o que pueda orientar a los jardineros que terminan de iniciarse en el cultivo de rosales. 
Debo deciros también que me encantaría que si tenéis experiencia en la aplicación de abonos orgánicos me contarais como os ha funcionado o cuales son vuestra técnicas. Un blog de jardinería está para eso, para compartir, para exponer dudas e incluso para discrepar. Por qué no? También así se aprende si se hace con respeto.
Cada jardinero conoce su jardín y cada aficionado conoce perfectamente sus rosales. Debemos observarlos, conocerlos, tener presente la cantidad de lluvia, la humedad atmosférica, el suelo dónde crecen nuestros rosales, las temperaturas que soportan... y en función de ello aplicaremos unas u otras técnicas. Incluso siendo las mismas técnicas, el momento de su aplicación no será el mismo en unos jardines con un clima que otros con unas condiciones climatológicas distintas.
Como os comentaba el año pasado probé esta mezcla de fertilizantes orgánicos por dos veces (tras la poda y en verano). También apliqué por primera vez un té de compost que hice para fertilizar los rosales que se habían plantado al inicio del año y que no quería darles más que un fertilizante suave, más aún que la mezcla en seco.

Llevo muchos años cuidando rosales en más o menos cantidad. Antes no eran ciento y pico como ahora, pero no he dejado de cultivar siempre rosas aunque hayan sido pocos arbustos. El asunto es que es en este jardín cuando he decidido usar la fertilización con orgánicos y aquí es dónde mi experiencia se limita a estos tres años y pico que llevo cuidando de este jardín de ahora. Por eso, cada vez que aplico una mezcla nueva, trato de ser prudente y si acaso quedarme corta mejor que llegar a dañar raíces u hojas con mezclas demasiado potentes. 
Lo cierto es que en vista de los resultados yo diría que tanto la mezcla de orgánicos en seco como el té de compost dieron floraciones muy abundantes. Pero ya no hablo solamente de las rosas, el estado de los rosales en general a mí me parece que es bastante bueno, el follaje está sano, la mayoría crecen vigorosamente... así que ello me da más confianza para seguir aplicando las mismas técnicas que comencé el año pasado.
Quisiera aclarar, porque es algo que algunos me han preguntado, que yo no estoy en absoluto en contra del uso de abonos químicos. Pero voy a matizar esta afirmación. No estoy en contra siempre que se respete el suelo. Me voy a explicar.
Llevar a cabo la fertilización completa de un jardín muy grande como el mío, a base exclusivamente de abonos orgánicos sería mi aspiración y creo que la de cualquier jardinero orgánico. Lo cierto es que disponer de la cantidad de fertilizantes de este tipo que se precisarían, a mí al menos, se me hace imposible. Son metros y metros de plantaciones y ello conllevaría poder elaborar no solamente el compost que cabe en una de mis dos compostadoras (que es lo que logro en un año) si no muchas otras más. Ni dispongo el material de poda, restos, etc..ni mi cocina genera tanto desechos orgánicos. 
Si mi jardín tuviera otro tipo de suelo más arcillo, que retuviera mejor los nutrientes, probablemente solo usaría el estiércol curado pero mi suelo es el que es y pierde el agua y los nutrientes con extrema facilidad como os comento siempre.
Como sabéis hago dos aportaciones muy, muy generosas de estiércol curado a todo el suelo de todas las plantaciones. Ello me permite nutrirlo, que sea más mullido, que se oxigene mejor, aportarle vida, materia orgánica y posibilitar el crecimiento de microorganismos que a su vez ponen los nutrientes del suelo a disposición de las raíces de las plantas...digamos que no permito que mi suelo se empobrezca y muera la vida que hay en él si no lo contrario.
Pero como todos sabemos, el estiércol y el compost no son ricos en macronutrientes y los que tiene son muy variables dependiendo del tipo de estiércol o de compost, de los elementos que lo componen y del estado de madurez en el que se aplica. Es más el beneficio que aporta al suelo en cuanto a su estructura por la materia orgánica que se deposita en él.
Lo repito, la parcela al llegar yo aquí tenía un suelo literalmente muerto, desnutrido, falto absoluto de riego o aportaciones de fertilizante alguno y cargado hasta las trancas de herbicidas. Transformar este suelo me llevará años. No importa, yo tengo paciencia y ganas de trabajar!! Seguramente dentro de unos años prescinda de la aplicación de abono químico que hago a los arbustos al inicio de la temporada pero de momento, creo que debo tener la seguridad de que el suelo tiene NPK suficientes para que las plantaciones crezcan con salud.
Una estructura de suelo saludable y un pH correcto es tan importante como la aplicación de fertilizantes a la hora de prevenir deficiencias nutricionales y a la larga de enfermedades y plagas en las rosas.
El uso de fertilizantes orgánicos mejora la estructura del suelo cosa que no hacen los químicos. Los gusanos y microorganisos beneficiosos precisan de algún tipo de material orgánico para nutrirse y mantenerse sanos y para ello es necesario hacer aportaciones constantes de enmiendas y de abonos orgánicos.
Los abonos orgánicos no solo nutren los rosales, también nutren el suelo, lo mejoran, aportan materia orgánica y modifican su estructura. Y ello porque en sí mismos constituyen materia orgánica. Sustancias absolutamente necesarias para que el suelo permanezca vivo, lleno de microorganismos que facilitarán que los rosales puedan disponer de los nutrientes presentes en el suelo muchas veces pero en condiciones que no les permiten absorberlos.
El aporte puntual y comedido de los abonos químicos no es que sea radicalmente negativo pero pretender cultivar de forma saludable los rosales en un suelo sin nutrir orgánicamente nunca, sin aportarle materia orgánica ni nutrientes para la microfauna… es bastante complicado!! El uso exclusivo y constante de este tipo de fertilizantes provoca que  a la larga se pierda la materia orgánica y que decrezcan los organismos vivos tan importantes para construir un suelo de calidad. En este proceso el suelo va perdiendo su capacidad para retener el agua y al aplicar estos fertilizantes químicos cada vez más cantidad se lixiviará filtrándose a través del suelo hacia las capas profundas dónde las raíces del rosal ya no tendrán acceso a ellos.
Lo que vengo a decir es que abono químico sí, siempre que en paralelo se cuide el suelo con aportaciones que lo enriquezcan, que favorezcan la vida que hay en él y siempre que el tema no se limite a fertilizar las plantas aportando nutrientes para ellas pero dejando el suelo empobrecido.
Sé que son comentarios que muchos de los que escribimos un blog repetimos hasta la saciedad pero creo que hay que hacerlo. Que nos concienciemos de la importancia de respetar el suelo de nuestro jardín ya no es solo importante para nuestras plantas particulares, es importante para la naturaleza que nos rodea y que rodea a nuestros vecinos.
Retomo y me ciño ahora al té del que empecé a hablar! Como os decía, un "empujoncito" a estas alturas de la temporada les va a venir de perlas a nuestras rosas!! Si algo tiene de ventajoso los abonos orgánicos es que es prácticamente imposible pasarnos con ellos y llegar a quemar un rosal porque son extremadamente suaves y poco concentrados. Así que no hay miedo de usarlos.
En la Red encontraréis varias recetas para hacer este tipo de té. Unas tiene más de esto y otras más de lo otro. No se pretende un fertilizante con proporciones de NPK exactas como tenemos con un fertilizante químico. Los té podemos hacerlos de infinidad de materiales. Desde tés de compost, a té de ortigas, de diversos abonos orgánicos, etc. Cada uno tendrá unos beneficios. Lo importante es que vayamos experimentando como le sienta a nuestros rosales.
De todos modos si alguno de vosotros tiene curiosidad por saber la receta que yo he elaborado, la pongo a vuestra disposición en la parte final de este artículo.
Después de buscar información y de hablar por facebook con algún amigo jardinero de los foros de aficionados a las rosas en los que participo y preguntarles por su experiencia, muchos me han reconocido que incluyen estos té como parte de su programa de fertilización. Eso sí,  cada uno de ellos vino a decirme que elaboraba la "receta" con más o menos cantidad de algunos elementos e incluso más de uno no usaba algunos de los ingredientes y otros incluían alguno que yo no he usado finalmente.
Como yo tiendo a ser bastante curiosa y no me gusta aplicar a mis rosales nada sin saber, al menos de forma aproximada, qué es lo que estoy poniendo, decidí elaborar mi propia receta aumentando o disminuyendo la cantidad de cada ingrediente en función de los nutrientes que aportaban y del resultado final que yo pretendía.
No tiene mayor importancia ni se busca como digo, exactitud en las cantidades. El que haya hecho esta tabla en la que he ido anotando cantidades y porcentajes, se debe menos a que sea necesario hacerlo cuando se elabora un té que a mi forma particular de ser jejejeje :P
Lo que sí quería era una mezcla que tuviera más sodio y potasio que nitrógeno porque ahora, lo que precisan nuestros rosales no es tanto crecer como producir floraciones abundantes. Y por supuesto que enriqueciera mi suelo con nutrientes secundarios, micronutrientes y otros elementos que aunque en ínfimas cantidades, son precisos.
De todos modos como os digo, un té puede hacerse con muchos otros elementos si no disponéis de algunos de los que veáis en cualquier receta. Sí aconsejaría a quienes os decidáis a aportarlo que busquéis información sobre qué nutriente aporta y en qué cantidad cada ingrediente que incorporéis al té. Así tendréis una idea por lo menos aproximada de si es equilibrado o no y de si incorpora el nutriente preciso para este momento el año.
La elaboración no puede ser más sencilla. 
Una vez decidido con qué vamos a "cocinar" nuestro té y saber las proporciones que de cada ingrediente vamos a incorporar, no tenemos más que pesar cada elemento y saber la proporción de agua que tenemos que añadir.
Al igual que los ingredientes que usemos y las cantidades, también puede ser un poco variable la proporción de agua en la que los diluyamos. Debería ser una mezcla que permita humedecer bien las raíces del rosal. Lo ideal sería que cada rosal recibiera unos 4 litros de té. Dependerá, claro está, del tamaño del rosal y del tiempo que lleven plantados. Un rambler de varios años, debería recibir más cantidad aún para empapar bien sus raíces. Un pequeño rosal arbustivos que sea jovencito, tendrá bastante con algo menos de esta cantidad.
Yo he calculado a cuatro litros por rosal. Los más grandes por los más pequeños. Si sobra algo podemos siempre aplicarlo a cualquier otro arbusto que veamos algo necesitado.
No he querido abonar los rugosas porque lo hago únicamente con las dos aportaciones anuales de estiércol. Así que si resto estos cinco debía hacer para 107 rosales, es decir, algo más de 400 litros.
Está claro que si tenéis pocos rosales con un cubo de esos de jardín que venden en los chinos tendréis suficiente pero si cultiváis una cantidad grande de rosales, deberéis disponer de algunos cubos más dónde os quepan tantos litros de agua como preciséis.
Otro aspecto que me gustaría comentar para facilitar el trabajo es que creo que es mejor ubicar ya de entrada los cubos vacíos en distintas zonas del jardín. Es mucho más cómodo!! Si tenemos cerca de los rosales el té, nos ahorramos viajes.
Por cierto, que no os pase como a mí con el primer cubo, que lo puse en un terreno con inclinación y si me descuido se vierte un poco por arriba :D
Una vez pesados echarlos al fondo de los recipientes e incorporar el agua con la manguera a presión. De esta manera estaremos metiendo oxígeno a la mezcla lo que redundará en beneficio del crecimiento de microorganismos. 
Llenar el recipiente hasta arriba y remover bien el conjunto con un palo.
Tapar y dejar de dos a tres días. No más de cuatro. Conviene eso sí, remover cada día para que la mezcla de materiales no se deposite abajo y se disuelva en el agua lo más posible y que la mezcla tenga oxígeno.
Es mejor tapar los recipientes para evitar que entren insectos o que caigan hojas, pétalos o incluso algún animalillo curioso. 
Un té no es un fertilizante tóxicoAl contrario, incorpora muchos microorganismos que son muy beneficiosos para el suelo como venimos diciendo. A pesar de ello, debemos manipular siempre este tipo de sustancias con guantes y mascarilla.
Evitaremos respirar el polvillo que se produce en ocasiones al volcar ciertas sustancias en los recipientes.
Durante estos días la fermentación provocará que el líquido adquiera algo de temperatura. Es normal.
Pasado el tiempo de fermentación no tenemos más que ir tomando del recipiente la cantidad de litros por rosal que corresponda y aplicarlo sobre el suelo que rodea las raíces despacito, tratando de distribuirlo bien por toda la zona.


Es importantísimo que reguemos en profundidad antes de aplicar cualquier fertilizante, sea químico o sea orgánico. Facilitaremos así que la tierra húmeda absorba mucho mejor los nutrientes y no nos arriesgaremos a quemar nunca las raíces de los rosales.
No incluyo fotografías del riego previo a la aplicación del fertilizante porque en este caso concreto lleva dos días enteros lloviendo y el suelo está suficientemente empapado. Lo cual me ha venido de perlas!!
Este cazo tiene una capacidad de 2 litros así que un par de ellos a cada rosal de tamaño normalito, tres a los rambler y trepadores grandes y algo menos a los de reciente plantación.
Un poco más de agua después del té ayudará a que este fertilizante termine por distribuirse por todas la zona dónde crecen las raíces.
Este fertilizante suavecito será como un buen tónico para nuestras rosas. Sin duda ayudarán a suplir algún nutriente del que mi suelo ande deficitario.
Una cosa más! Comprobaréis que en la parte inferior del recipiente dónde elaboréis el té queda mucho material sin diluir del todo. No lo tiréis!! Podéis añadirle algo más de agua y distribuirlo por la base de otros arbustos que anden decaídos o incluso incorporarlo a las composteras.
Por último, los fertilizantes orgánicos elaborados de forma casera son biológicamente demasiado activos para poder guardarse para posteriores usos. Como os comentaba más arriba, deberemos usar el té en los tres días siguientes a su elaboración.
Por cierto, este tipo de tés pueden usarse tanto como abono líquido sobre el sustrato que rodea las raíces como en forma de abono foliar rociando directamente el té sobre las hojas del rosal.
Si queréis usar la mezcla como abono foliar metiendo los abonos en una bolsa de tela elástica de esas en las que vienen envueltos algunos jamones en la carnicería, el líquido resultante estará mucho más filtrado. No obstante, para aplicarlo con mochila, creo que si no se pasa a través de un tamiz muy fino fácilmente se obturará la boquilla. Además de que se diluyen mejor los ingredientes sueltos en el agua que metidos en la bolsa.


* * * * * 
Y ahora, si alguien tiene curiosidad por la receta que yo he elaborado, a continuación os pongo un cuadro con las cantidades y los ingredientes que he usado para este té. Pero de nuevo repito, un té podéis hacerlo con infinidad de abonos orgánicos.

* Estiércol en pellets
* Harina de huesos
* Algas en polvo
* Harina de pescado
* Sales de Epsom

Además he incorporado también

* Quelatos de hierro
* Vinagre de vino blanco

La mezcla de estos cinco elementos daría un fertilizante muy suave pero con los tres macronutrientes (NPK) presentes en ella. Con valores más altos en fósforo y potasio que en nitrógeno.
Pero además, algunos de los ingredientes, aportarían también nutrientes secundarios como calcio, magnesio y azufre.
En esta mezcla habría también en cantidades imposibles de cuantificar ácidos húmicos y micronutrientes como boro, manganeso, cobre y zinc.
Podéis ver que como parte de la receta he incluido además quelatos de hierro y vinagre de vino blanco. Y esto es por dos razones. Una porque observo que en algunos de mis rosales, en ocasiones, presentan algún signo de déficit de hierro y me veo obligada a hacer aportaciones de quelatos de vez en cuando.
La incorporación del vinagre es porque creo que los rosales se cultivan mejor en un suelo con cierta tendencia a la acidez, sin ser esta exagerada. Un poquillo de vinagre bajará siempre (aunque en un grado mínimo) el pH del suelo.
La segunda razón es un poco subjetiva. Me explico. Diría que los rosales en la gama de púrpuras, violetas... producen rosas en tonos más fríos, más azuladas, más tendiendo al violeta que al magenta, cuando crecen en terrenos algo más ácidos pero ya digo, como no he hecho pruebas rigurosas que me permitan afirmarlo con rotundidad, solo digo que quizás es una apreciación subjetiva. 
Debo decir que estos dos últimos ingredientes no los he considerado a la hora de las proporciones de nutrientes lógicamente dado que no añaden ni nitrógeno, ni fósforo ni potasio.
Las cantidades de abono que necesitaremos estará en función, lógicamente, del número de rosales que cultivemos. Yo he empleado el tiempo en hacer este cuadrito que en posteriores ocasiones me facilitará la labor al tener ya calculadas las cantidades. 
He pensado que podría facilitar las cosas a quienes se decidan a hacer un té incluir los datos para un número variable de plantas. Así podéis ver en el siguiente cuadro las cantidades que se precisarían para 1, 10 , 50, 100 y como es mi caso 107.
Y como con este tipo de fertilizantes no es preciso andar con exactitudes puede ser cómodo saber usar un mismo recipiente para medir todos, de manera que si sabemos lo que pesa el contenido de la misma taza llena de los distintos abonos, será mucho más rápido confeccionar la mezcla.

En fin, lo cierto es que no me ha costado mucho elaborar la mezcla. Remover un par o tres de veces al día...pues eso, mientras paseaba iba pasándome por los cubos alojados en distintos lugares del jardín y con el palo lo removía...
Lo más trabajoso ha sido ir echando los dos cazos por rosal pero al final decidí llenar una regadera grande y de ahí iba llenando los cazos.
Sí, es verdad que es más fácil echar un puñado de bolitas azules, pero éstas, aunque pondrán a disposición de vuestras rosas los nutrientes, no aportarán nada a vuestro suelo y tarde o temprano se empobrecerá. Será pan para hoy y hambre para mañana ;)
Que paséis un estupendo fin de semana, queridos lectores!!


* * * * * 
Son ya varios los artículos publicados en este blog que tratan de los fertilizantes en general y de los abonos orgánicos en particular. Pongo a vuestra disposición varios enlaces en los que se desarrollan estos aspectos y que estoy segura será del interés de algunos lectores no solo que cultiva rosales si no plantas en general.

Fertilizar o abonar nuestros rosales. Nociones generales.
Abonos orgánicos para los rosales vs. fertilizantes químicos
Receta (mezcla) casera de abonos naturales para aplicar "en seco" a los rosales tras la poda
Té de compost para los rosales. Un buen abono orgánico soluble
Algunos abonos orgánicos y enmiendas del suelo que podemos usar con nuestros rosales.
Abonado de los rosales con fertilizante orgánico a principios de verano después de la floración.
Cáscaras de huevo usadas como fertilizante para aportar calcio (Ca) a nuestros rosales


Té de cáscara de plátano. Una buena forma de aportar potasio (K) a nuestras plantas en flor o fruto

El potasio (K) es uno de los macronutrientes imprescindibles para que las plantas crezcan fuertes y sanas. Una buena floración y fructificación dependen en parte de que las plantas dispongan para su nutrición de una cantidad adecuada de potasio. Hay distintas teorías con relación a dar el protagonismo en la floración al potasio o al fósforo. He visto quién defiende el potasio como el elemento más importante que interviene en la floración y hay quienes abogan por el fósforo asegurando que le potasio ayuda al desarrollo del sistema radicular y a aumentar la resistencia de las plantas a las plagas pero que es el fósforo el elemento más importante.
Tradicionalmente se usan las cáscaras de plátano para aumentar la floración.  Pero, ya digo, hay distintas teorías.

En todo caso cuando nos interese un aporte de potasio a nuestras plantas conviene saber que las cáscaras de plátano contienen este elemento en gran cantidad del que pueden beneficiarse nuestros rosales en particular y nuestras plantas en general.
Se utilizan de forma diversa. Desde enterrar directamente una cáscara de plátano en el hoyo de plantación (cosa que la verdad, yo no he hecho nunca) y que por lo visto, al irse compostando liberando de forma lenta el potasio que la planta precisa; hasta hacer un té con ellas e incluso deshidratadas en forma de polvo Otro día haremos esta harina, hoy de momento nos vamos a centrar en este té de plátano.
Podemos ir guardando las cáscaras en una bolsa hermética en el frigorífico en unos días mientras juntamos las que precisamos (aproximadamente unas cinco)
Troceamos las cáscaras en porciones, no es preciso que sean excesivamente pequeñas.

Las incorporamos a un litro de agua fria que tendremos en una cazuela y las dejaremos hervir durante unos 20 minutos más o menos.

Colaremos las cáscaras (éstas se puede echar al montón de compost) 

y el líquido resultante lo mezclaremos con 1,5/2 litros de agua fría.


Con este té (diluido ya con el agua) podemos regar directamente nuestras plantas que estén en floración o formando fruto. Es un modo de proporcionar el potasio de forma más rápida que cuando se hace con otros fertilizantes en seco.
No conviene dejar sin utilizar muchos días este té. Es mejor para que el potasio no degenere, usarlo en uno o dos días y mientras no se hace conservar en el frigorífico.
Yo he regado con él las habas del huerto que están empezando a florecer. Seguro que les vendrá bien este aporte de nutrientes :)


Cáscaras de huevo usadas como fertilizante para aportar calcio (Ca) a nuestros rosales

Quien no hace tortilla española en España? Un revuelto de ajos tiernos? Creps para los más golosos...??? En efecto. Todos usamos huevos en nuestras cocinas. Qué hacéis con las cáscaras de los huevos? Hasta ahora yo las aplastaba con las manos para trocearlas un poco y las metía en el cubilete de plástico que tengo sobre la encimera y que contiene los restos orgánicos que se producen en mi cocina. Cuando se llena de peladuras de verduras, posos del café, bolsitas de infusiones, fruta y verdura en mal estado.. lo llevo a la compostera que tenga en uso.

Los posos del café, los restos de verdura crudos o cocidos sin salsas ni grasas, las bolsas de infusiones, los cartones de los huevos, la fruta que se nos ha echado a perder sin consumirla.... nada deberíamos tirar!! Es tan fácil como guardarlos y usarlos para el montón de compost o para realizar nosotros mismos estupendos fertilizantes que además nos salen gratis!!
Cada uno de ellos tiene una serie de nutrientes, tan solo debemos hacer el pequeño esfuerzo de informarnos sobre sus cualidades y la cantidad de macronutrientes, micronutrientes y elementos traza que cada uno tiene.
Llevo unos días acumulando cáscaras con la idea de prepararlas para que sirvan como un fertilizante de mis rosales. Según las hemos ido consumiendo las he ido lavando bajo el chorro del grifo y depositando en un bote al efecto. Al pasar los días ellas solas se han secado. Tenía ayer las de ocho huevos.

Como digo, estaban totalmente secas. Las he aplastado un poco entre los dedos para que pudiera meterlas en el molinillo con más facilidad.

A continuación las he molido como si fuera café. Hasta lograr una especie de harina. 


Cuánto más fino sea el polvo que logremos más rápidamente podrán ser usados sus nutrientes por las plantasDe todos modos tengo entendido que habrán de transcurrir seis meses antes de que el calcio que estamos aportando con estas cáscaras esté disponible para los rosales. De modo que conviene aplicarlo con cierta anticipación.

Todos los que hacemos compost sabemos el muchísimo tiempo que se tarda en compostar las cáscaras. Pasan meses y seguimos identificando trocitos de cáscaras en la compostera. 
Dicen (aunque otros dicen lo contrario) que disuaden a babosas y caracoles. No lo sé con seguridad. De momento, en este jardín no tengo problemas graves con esos bichitos pero si sé que aportados a los plantones de la huerta alrededor de las pequeñas plantas (sobretodo pimientos y tomates que requieren de bastante calcio) y mezcladas ligeramente con la parte superior de tierra de los bancales, las sigo viendo después de transcurrir muchísimos meses. Así que pulverizarlas finamente facilitará el asunto de la absorción, al menos lo abreviará en algo. 
He tenido la curiosidad de pesar el producto de estos ocho huevos y han sido aproximadamente 55 gramos de un estupendo fertilizante muy rico en Ca. En concreto la cáscara de huevos contiene una proporción NPK de 1,19 / 0,38 / 0,14 además de un 93 % de carbonato cálcico.

Podemos guardarlo en un pequeño frasco bien cerrado hasta que precisemos utilizarlo. Como digo podemos usarlo directamente sobre la tierra alrededor del rosal y mezclado someramente o formando parte de mezclas con otro abonos orgánicos. 
En concreto, en este caso voy a usar este polvo de cáscaras "acompañando" un té de ortigas que tengo en preparación estos días y que usaré con mis rosales plantados el otoño/invierno pasado.  
Como ya he dicho en otros artículos tengo algunos rosales recién plantados que prefiero no abonar con las mezclas de materiales orgánicos "en seco" que he usado con los rosales ya arraigados y que sabemos que no conviene aportarles nutrientes en forma "seca". Un "té" (purín) de ortigas bastante diluido más la incorporación de una pequeña cantidad de calcio creo que les vendrá bien para el crecimiento de sus raíces aún sin desarrollar del todo.
Como imagino que este polvo de cáscaras de huevo va a ser difícil que se disuelva en el té de ortigas, he pensado ponerlo directamente en tierra y posteriormente regar con el té la tierra alrededor de los rosales.
Debo decir que el suelo de mi jardín es moderadamente ácido. Por tanto el uso de cáscaras de huevo de madera moderada, no hará subir hasta un nivel negativo para las rosas el pH del suelo. Aquellos que tengáis un suelo con problemas de alcalinidad deberíais tener en cuenta que usar este fertilizante, si la cantidad que aportáis es excesiva, puede subir el pH de vuestro suelo.

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